El vicepresidente Francisco Santos
admitió que la excarcelación fue una medida «arriesgada»
del Gobierno.
Bogotá (Télam) >
Los gobiernos de Colombia, por un lado, y de Francia, España
y Suiza, por otro, redoblaron su presión sobre las Farc para
que liberen a los secuestrados en su poder, en tanto un grupo de 56
ex rebeldes ya fue trasladado a un centro vacacional como paso previo
a su libertad definitiva.
El avance en el proceso de excarcelación de los ex guerrilleros
se vio con el traslado de la primera tanda de rebeldes, que serán
atendidos por especialistas antes de su reinserción en la sociedad.
Mientras, Francia, España y Suiza, países designados
«amigos» para favorecer el diálogo Farc-Gobierno,
emitieron un comunicado conjunto para instar a la organización
a «responder de manera constructiva» a la iniciativa de
la administración de Álvaro Uribe.
El texto celebra la liberación del llamado «canciller»
Rodrigo Granda, al que consideró un paso «importante»
en la búsqueda de un entendimiento que pueda desembocar en
un intercambio humanitario de presos por secuestrados.
Mientras, se supo que el lunes 193 insurgentes que estaban en la cárcel
de Chiquinquirá, entre ellos los 56 que salieron ayer, firmaron
un documento en el que se comprometieron a no volver a delinquir y
a renunciar a las Farc, exigencias para ser indultados.
El proceso quedará así muy cerca de estar completo,
pese al rechazo de las Farc, que considera a las excarcelaciones una
«cortina de humo» para tapar el escándalo abierto
por las vinculaciones entre políticos oficialistas con grupos
paramilitares.
Sabedores de que el proceso no llevará necesariamente a un
acuerdo, el vicepresidente Francisco Santos admitió hoy que
la excarcelación de los rebeldes fue una medida «arriesgada»
del gobierno. |