Se montó una campaña
para que la casa de Dewey quede en poder de la Municipalidad.
Chos Malal> La antigua construcción del
comercio de ramos generales pertenecientes a la familia Dewey quedará
en poder del municipio de Chos Malal, de esta manera el primer edificio
de ladrillos del pueblo se recuperará para integrar el patrimonio
histórico.
La decisión de los dueños de vender el viejo edificio
hizo que autoridades tanto a nivel municipal como provincial se reunieran
para poder adquirir la propiedad, que no sólo es la construcción
de ladrillo ubicada en la esquina de Belgrano y Sarmiento sino todo
el terreno de 50x50 donde hay más construcciones antiguas de
adobe.
Los familiares directos, doña Rosenia Dewey, hija de don Luis
y nieta de don Enrique casada con don David Torres y la hija de ambos,
Alicia Torres, ya radicados en la provincia de San Luis tomaron la
decisión de vender el inmueble. «Ya no quedan familiares
directos radicados en Chos Malal por eso hemos tomado esta determinación»,
comentaron.
«Entregamos el inmueble como está, con los archivos la
mercadería de la época, nada sacaremos. Qué sentido
tiene llevarnos cosas que son parte de la historia del pueblo de Chos
Malal» dijo doña Alicia, nieta de don Luis y bisnieta
de don Enrique Dewey.
Inmigrantes
Don Enrique Dewey, descendiente de irlandeses, vivía en Buenos
Aires junto a su esposa Ana Duperrut, descendiente de franceses, y
en un viaje del coronel Manuel Olascoaga, a poco de fundada Chos Malal,
recibió el ofrecimiento de irse a vivir a la Patagonia. Le
dijeron que aquí se necesitaba gente culta, y así fue
que don Enrique su esposa Ana y uno de sus hijos, Luis, llegaron a
Chos Malal.
Rápidamente se insertaron en la comunidad, don Enrique ya llegó
con un cargo otorgado por el coronel Olascoaga y su hijo Luis con
apenas 13 años con el dominio de los idiomas inglés
y francés se le ofreció el cargo de escribiente de la
gobernación, en ese tiempo la capital del territorio estaba
en Chos Malal. A su corta edad fue el funcionario más joven
que tuvo el país. Ana se desempeñó como maestra.
A su actividad de funcionario don Enrique tenía otra paralela,
la de comerciante. Montó su negocio, construcción de
adobe, sobre la calle Sarmiento -según documentación
que se pudo recuperar- y en 1897 tenía el comercio.
En 1903 empieza a acopiar material para la construcción del
nuevo edificio comercial, los ladrillos son de la zona, al igual que
la cal que la extrae de los cerros del lugar:
El cemento, la madera: pinotea, pino de oregón, algarrobo,
cedro y pino blanco las trajeron de Inglaterra, fueron compradas a
John Wright, un empresario de la carpintería representante
de la empresa The River Plate Timbes Company Limited, empresa que
luego construyó las casillas de madera de la gobernación,
cuando se trasladó la capital a la Confluencia.
Así entre 1894 y 1903 a cargo del constructor José Raimondi,
se construye el primer edificio de ladrillos de Chos Malal que además
tendría luz con lámparas que funcionaban a carburo.
Una vez finalizada la construcción, don Enrique traslada el
negocio de ramos generales a la nueva y flamante construcción
que funcionó hasta 1934.
Según los familiares, aún no saben a ciencia cierta,
porque hubo documentación qué se perdió, porque
se cerró el negocio, estiman que quizás don Enrique
ya se encontraba enfermo porque fallece dos años después
en 1936.
El edificio se encuentra enclavado en la esquina de las calles Sarmiento
y Belgrano, frente al municipio local, y aún conserva su estructura.
A pesar de que perdió mucha documentación de la época
en su interior aún se puede ver mercadería en buenas
condiciones., revistas de moda, catálogos y ejemplares de la
revista Caras y Caretas (la más antigua que se pudo rescatar
es del año 1899). Comenta la bisnieta de don Enrique, Alicia:
«Se ve que era el distribuidor de la revista porque en los remitos
donde se enviaba la mercadería figuraban 500 bultos que eran
donde transportaban las revistas».
También se pueden apreciar revistas en inglés, vajillas,
las latas donde se almacenaban las galletitas, damajuanas de 10 litros,
almanaques y mucha mercadería de la época que se han
conservado en buen estado.
Vecinos recolectan firmas
Los pobladores solicitan a Sobisch avanzar en la adquisición
del patrimonio cultural.
Chos Malal > Un grupo de vecinos de la localidad
salió a juntar firmas para evitar la compra de un viejo almacén
de ramos generales, por parte de una empresa extranjera.
El antiguo edificio pertenece a la familia Dewey y tiene un valor
histórico para la provincia, ya que no sólo se trata
de una vieja vivienda, sino que posee mercadería y archivos
que quedaron de la época en la que funcionaba.
Jorge Sobich se comprometió hace un tiempo atrás con
el intendente de Chos Malal, Carlos Lator, a brindar el apoyo financiero
necesario para adquirir la propiedad. De esta manera pasaría
a formar parte del patrimonio cultural de la provincia por ser también
el primer edificio del pueblo en ser construido en ladrillo.
Los vecinos interesados en evitar la compra del inmueble por parte
de un grupo económico extranjero están recolectando
firmas de la gente de la localidad y hasta de los turistas que visitan
el pueblo. El objetivo es enviar una nota al mandatario provincial
para que realice los aportes económicos a la brevedad y tanto
el viejo almacén como sus correspondientes archivos y mercaderías
puedan quedar en manos del municipio y no de privados con planes desconocidos.
El gobernador Sobisch ya comprometió un aporte de $ 100.000
para asegurar la compra del inmueble, pero la vivienda tiene un valor
de $ 500.000, por todo lo que conserva en el interior. |