Por Alba Suarez
“Con el hecho artístico se puede estar con la
gente desde otro lugar: desde el gesto amable y fraterno”, enfatizó
Siegenthaler.
Neuquén
> Siempre llega el momento en el cual el maestro se une
a los aprendices en pos de mostrar el arte que originó esa
relación de mutuo aprendizaje.
Este es el caso del artista plástico Arturo Siegenthaler quien,
junto a los alumnos que asisten a su “Taller de Thaler”,
inauguró el viernes pasado una muestra en la Sala Emilio Saraco,
ubicada entre la Avenida Olascoaga y las vías de la Ex Estación
del Ferrocarril.
La fuerza y el ritmo que impone Siegenthaler a su trabajo docente,
deja una impronta muy fuerte, que los alumnos no dudan en embarcarse
en el gran desafío que significa realizar todos los años
una muestra.
La técnica que enseña el artista se denomina empaste.
Se trata de una pintura realizada con espátula y óleo,
la cual tiene cierto grado de dificultad, pero permite componer movimientos
libres y espontáneos.
De esta forma, se generan texturas que al acentuar las profundidades,
brindan una imagen realista del paisaje
Desde hace cuatro años, Siegenthaler decidió comenzar
una nueva etapa en su vida. Por eso, dejó la arquitectura y
las espátulas para dedicarse a la docencia.
“Quise volcar en otros todo lo que aprendí”, manifestó.
En este sentido, su obra tiene una particularidad que lo distingue:
su paleta de colores, los otoños de Siegenthaler son únicos,
con un diseño perfecto.
Crea, como es habitual en los post impresionistas, un propio paisaje,
dotado de una imperturbable quietud, de un profundo silencio, generando
una sensación de infinitud.
Cabe destacar que gran parte de las obras de Arturo Siegenthaler se
encuentran en colecciones particulares y oficiales, en las provincias
de Neuquén, Córdoba, La Pampa, Buenos Aires, Río
Negro y Santa Cruz, como así también en Chile, Japón,
España, Francia, Suiza, EE.UU e Israel.
Donación
Durante la inauguración de la muestra estuvo presente el director
del Hospital Heller, doctor Ricardo Santoni, quien recibió
la donación de un cuadro realizado por la totalidad de los
alumnos.
Un hecho para destacar y que habla de algo más que lo puramente
artístico, es el trabajo que realizaron los alumnos quienes,
tomando como modelo el bosque de Villa Traful, cada uno pintó
un sector de los cuarenta en los que fue dividida la obra.
“No vamos a discutir la calidad artística de la obra,
porque eso no estaba en juego cuando los propios alumnos pensaron
en realizar un cuadro para donarlo al hospital, sino lo que vale es
la fuerza y las ganas que puso cada uno para concretarlo”, destacó
Siegenthaler.
“Ellos quedaron tan entusiasmados con el resultado que decidieron
que todos los años cerraríamos el ciclo lectivo con
una obra de estas características para ser donados a hospitales
o entidades de bien público”, agregó.
“Con el hecho artístico se puede estar con la gente desde
otro lugar: desde el gesto amable y fraterno”, concluyó
Siegenthaler emocionado.
Arquitecto y artista
Arturo Siegenthaler es cordobés, arquitecto y artista plástico.
Comenzó a pintar a los ocho años. Tomó clases
en el taller de la profesora Nieves Batista de dibujo, carbonillas,
temperas y óleos. En su adolescencia, salió a pintar
el paisaje de la zona con el maestro Miguel Daga, enfrentándose
por primera vez con los campos, trigales y situaciones urbanas. Y
allí ancló su memoria. Cambió de geografía
cuando se radicó en Neuquén y fue atrapado por los valles,
los lagos, la cordillera, las chacras y esa infinita variedad de silencios
y verdores. Sus obras tienen que ver con experiencias personales de
sus viajes y recorridas por la región patagónica en
toda su magnitud.
La obra de Siegenthaler se inscribe dentro del realismo con marcada
influencia post impresionista. El artista realza las formas y el color
y resuelve una imagen más creativa, creando su propio paisaje.
Recorrer la obra de los alumnos es descubrir esa Patagonia tan heterogénea
a través de su propia mirada.
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