En Coronda, Arocena y Desvío Arijón
es muy fuerte la fuerza laboral que moviliza la cosecha del reconocido
fruto. Pero ahora se agravó la situación por la falta
de gente para el despallido, en una actividad que genera directa e indirectamente
alrededor de 3 mil puestos de trabajo.
La falta de mano de obra es uno de los principales obstáculos
que se presentaron este año en la recolección de frutillas,
a tal punto que durante la semana algunos productores comenzaron a abandonar
parte de las áreas plantadas, incluso trascendió que un
colono ya habría dejado su explotación de 8 hectáreas
al no poder revertir esa situación.
Este déficit pasa en primer lugar por la existencia de los planes
Trabajar, el aumento en cantidad de la fruta, lo que demanda más
ocupación de gente debido a que la mayor tarea se orienta al
despallidado para el sector industrial y la exportación, lo que
requiere mayor número de trabajadores para la presente cosecha.
Paralelamente, el mercado de fresco ya no tiene buenos precios, ya que
comienza a salir la fruta del cordón de Buenos Aires, a lo que
se suma la oferta de otras frutas de verano. Rentabilidad
Un importante productor, que prefirió el anonimato, opinó
respecto de la rentabilidad de la actual campaña, que todavía
«es incierta, porque hubo significativos aumentos en insumos
y mano de obra; la fórmula más beneficiosa para la economía
de la frutilla pasa por la exportación y no para el mercado
de fresco».
En ese sentido, el frutillero alertó y coincidió con
sus pares en que «paulatinamente hay quinteros que comienzan
a abandonar las quintas plantadas, principalmente por falta de mano
de obra centralizada este año en el despalillado debido al
consumo de la industria y la demanda para exportación».
Actividad de alta rotación
Un hecho que no pasa inadvertido es que por la naturaleza de la frutilla
se requiere de mano de obra intensiva y «encima nómade
que es de muy alta rotación. El personal viene, se va enseguida
y en la zona rota de quinta en quinta por lo que regularizar es muy
difícil. Tenemos muchísimos controles que me parece
bien que estén para controlar y registrar, pero hay que tener
en cuenta esas características del cultivo que son muy distintas
a la ganadería o la soja por citar un ejemplo», señaló
afligido un productor corondino de años en la actividad.
Una cuestión que los productores vienen planteando desde hace
tiempo tiene que ver con las necesidades y cómo es el mecanismo
de trabajo en el sector. Al respecto alegan que el tema de altas y
bajas es sumamente complicado.
Si bien esto no es un problema de los trabajadores sino un riesgo
empresario, hay que entender el problema porque sino empleo en la
frutilla, el interrogante es qué pasará con la gente.
«Es mucho para lo que es un cultivo regional, es muy intensivo,
no hay tanta máquina. Debemos defenderlo y no desalentarlo;
es mucha la gente que quedaría en la calle si se cae»,
advierte el frutillero. Santa Fe con su área productiva compite
cabeza a cabeza con Tucumán por el liderazgo en el rubro, provincia
ésta que hace frutilla no sólo en Lules sino también
en la altura -Tafí del Valle-, donde plantan también
cultivo de verano.
(Fuente: Diario El Litoral de Santa Fe) |