“Terror en
Amityville”
Se trata de otra remake de una película de terror de los ’70
(la cual ya tuvo seis secuelas) y fue producida por el director Michael
Bay y dirigida por el debutante Andrew Douglas.
Cuenta una historia real. El 14 de noviembre de 1974, la Policía
recibió una escalofriante llamada telefónica que los condujo
a una espantosa escena de un crimen en una residencia en Amityville,
Long Island.
Una familia había sido asesinada en sus propias camas. En los
siguientes días, Ronald Defeo confesó que él mismo
había disparado a sus padres mientras dormían, culpando
a unas voces que le decían que debía matarlos.
Un año después, George, Kathy Lutz y sus tres hijos se
mudan a la misma casa creyendo que se trata del hogar de sus sueños.
Pero poco después de haberse mudado, extrañas situaciones
empiezan a suceder mientras George comienza a ser atormentado por las
voces que existen en la casa.
“La llave maestra”
Todo comienza en este caso en las apartadas ciénagas y pantanos
del Sur de Luisiana, donde ha existido por generaciones una cultura
poco conocida de ritos y rituales extraños, conocida como Hoodoo.
Caroline Ellis (Kate Hudson) es una emprendedora joven que no tiene
tiempo para perder en los cuentos de brujería y magia negra.
La joven trabaja en un hospicio con el fin de a ahorrar suficiente
dinero para estudiar enfermería, aunque eso signifique dedicarse
a cuidar día y noche a un anciano llamado Ben Devereaux (John
Hurt), que vive junto a su esposa Violet (Gena Rowlands) en una aislada
plantación a una hora de distancia, en las afueras de Nueva
Orleans, en lo más profundo del atmosférico delta de
Luisiana.
El extraño matrimonio vive en la decrépita mansión
Terrebone Parish, y tanto la casona como sus habitantes parecen llevar
sobre sus espaldas el peso de secretos sombríos. Pero para
Caroline, el lugar no tiene importancia, ella está ahí
para realizar su trabajo, cuidar a Ben, que quedó postrado
en una silla de ruedas y sin habla luego de sufrir un derrame cerebral.
Para facilitar su labor, Violet le confía a la recién
llegada una llave maestra que le permite abrir cada puerta. Detrás
de un librero, Caroline descubre el ático de la casa. A partir
de allí, detalles pequeños y cosas inexplicables comienzan
a ocurrir.
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