Se reproduce el negocio ganadero

 
 
Los indicadores correspondientes al 2005 muestran cifras interesantes de la actividad ganadera provincial.
Con mejor genética, engordes a corral e incentivos el campo neuquino demostró que puede abastecer el mercado interno.


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  Haciendo honor al adagio que dicta que de cada crisis siempre surge una oportunidad, la ganadería neuquina se encuentra en este proceso y ya muestra los primeros resultados. En el 2001 sólo el 6% del ganado que ingresaba a los mataderos era criado y terminado en Neuquén, mientras que el año pasado se llegó al 25%.
Atrás quedó la época en la que los ganaderos ubicados entre el río Colorado y el paralelo 42 parecían estar predestinados a una maldición cuando se les impedía llevar animales desde la zona de cría hacia la de invernada en la región más templada del país con mejor oferta de forrajes y también incorporar reproductores. El fantasma de la aftosa que golpeaba las puertas y determinaba la tan temida barrera sanitaria encontró una plataforma de lanzamiento.
No fue un factor individual el que logró los auspiciosos resultados que está evidenciando la ganadería bovina en Neuquén. El mercado «turístico» requería carne con hueso todo el año, especialmente en el invierno, mientras que el Estado encontró en el incentivo ganadero la piedra de toque que permitiró poner la lupa sobre un sector que genera mano de obra en el campo y valor agregado.
También fue necesario el apoyo de las asociaciones de cría de animales de las razas más preponderantes en el país, Hereford y Angus, para poner en marcha un sistema de mejoramiento genético a través de la inseminación artificial. El empuje del sector privado aportó lo suyo mediante el transplante de embriones, remates que hace 20 años que no se hacían, y la inversión para romper la estacionalidad en la oferta a través de los engordes a corral.
Todo el proceso se muestra este fin de semana en la Sociedad Rural del Neuquén, entidad que desde 1933 brega por mantener el espíritu campestre en la precordillera neuquina.

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Según los últimos datos estadísticos disponibles a través del Censo Nacional Agropecuario del año 2002, en la provincia de Neuquén había 146.337 cabezas de ganado bovino en 1980 explotaciones agropecuarias. Un dato significativo es que de esas explotaciones, 1.357 no tienen límites definidos y tenían 48.479 reses, mientras que 623 sí tienen límites con una existencia de 97.867 cabezas de ganado. Una de las tareas pendientes que ya se comenzó a encarar es la sistematización de los crianceros que realizan trashumancia.
La Dirección de Ganadería de Neuquén informó que en el año 2001, cuando se puso en marcha el plan de incentivo ganadero –se le paga al ganadero por cada animal criado y engordado dentro del territorio provincial- se observó un crecimiento de la oferta de ganado para faena, pasando del 6 al 25%. Ese año, el gobierno tomó la decisión de instrumentar el plan con un monto total de 25 millones de pesos, a razón de 5 millones de pesos por año.
En la temporada 2004/2005 se pagaron $4.562.230 y para la primera etapa de la temporada siguiente, a diciembre del año pasado se habían aprobado erogaciones por $3.800.289.
Es indudable que fue el incentivo el que le dio a la actividad una plataforma de despegue que hizo surgir la experiencia de engordes a corral, donde se alojan los animales después de la veranada para poder brindarles alimento balanceado. Con esto se logra llegar a un kilaje determinado para ser faenados en épocas donde la oferta de gordos es escasa, en función de que la precordillera se caracterizó desde siempre por ser una zona especializada en la cría de ganado, no en el engorde por la falta de pasturas.
Tras la puesta en marcha de la Ley 2.367 del plan ganadero se instrumentó el plan de mataderos. Es que en la zona de la Confluencia –donde existe la mayor parte del consumo en la provincia- por ser libre de aftosa con vacunación, existen dos industrias frigoríficas habilitadas –Centenario y Senillosa- con un reconocido nivel sanitario. En tanto, en la zona libre de aftosa sin vacunación –el Oeste de la provincia- amén de los mataderos municipales con reducido alcance sanitario para vender carne, el de Piedra del Águila está preparado para faenar y vender en toda esa región. En términos de apoyo estatal, la provincia posee interés en desarrollar enclaves industriales para completar la cadena de producción.

 

 


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