Buenos Aires > Don
Orione, el sacerdote piamontés reconocido por las obras realizadas
en Argentina y en otros países latinoamericanos, fue proclamado
santo por el papa Juan Pablo II durante la ceremonia de canonización
realizada ayer en Ciudad del Vaticano.
La ceremonia fue presenciada por más de 30.000 peregrinos
«orionitas» de todo el mundo, entre los que se encontraban
unos 200 argentinos.
Mientras en el Vaticano el Papa santificaba a Don Orione y a cinco
sacerdotes más de distintas nacionalidades, orionitas de
todo el país y de distintas regiones de Latinoamérica
celebraron con entusiasmo la canonización de quien fuera
llamado por el Papa Pío XII «padre de los pobres e
insigne benefactor de la humanidad dolorida y abandonada».
Desde distintas localidades del conubrano bonaerense y del país,
como Córdoba, Mendoza, Tucumán, Resistencia, Bariloche;
y desde Paraguay, Brasil, Chile y México, entre las 32 naciones
donde está presente la orden orionita, se siguieron paso
a paso las imágenes de la canonización llegadas desde
el Vaticano, en medio de un clima de festejo y alegría.
Pero es en la localidad bonaerense de Claypole, donde se encuentra
desde 2000 el corazón de Luigi Orione, el lugar donde se
dieron cita todas las comunidades de Capital y Gran Buenos Aires
para celebrar la santificación de Don Orione y realizar una
multitudinaria misa de acción y gracias.
La obra
Luigi Orione fundó la Pequeña Obra de la
Divina Providencia y realizó obras en Europa y Sudamérica,
en particular en Argentina, Brasil, Uruguay, Chile. Pero fue a la
Argentina a la que consideró su segunda patria. Aquí,
su legado se extiende por varias provincias y contiene a 1500 niños,
jóvenes y adultos discapacitados en sus centros asistenciales.
Había nacido en Italia en 1872 y, tras su intensa obra misionera,
en la que creó cotolengos y hogares, recorriendo una humanidad
sin fronteras, se fue de la Argentina en 1937, oportunidad en que
prometió volver «vivo o muerto».
Tres años después moría en San Remo y cuarenta
más tarde era beatificado por Juan Pablo II, pero se concretó
su sueño cuando en 2000 su corazón se quedó
definitivamente en suelo argentino.
La definición del Papa
Orione, quien fuera alumno de Don Bosco, fue definido ayer
por el Papa como «el hombre de la caridad sin confines»,
como el sacerdote que estaba convencido de que solamente «con
la caridad, con el amor, se podía conquistar al mundo».
Durante la cermonia del Vaticano, se recordó que el milagro
reconocido a Don Orione para su canonización fue la curación
inexplicable de un anciano que tenía un tumor en los pulmones.
Su santificación fue votada por unanimidad por el consejo
superior de médicos del Vaticano y por las comisiones de
teólogos y cardenales.
Del mismo modo, el Papa canonizó a los italianos Annibale
Maria di Francia (1851-1927), Paola Elisabetta Cerioli (1816-1865)
y Gianna Beretta Molla, al sacerdote español José
Manyanet y Vives y al libanés Nimatullah Al Hardini (1809-1858).
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