Neuquén > Una
patota de jóvenes tomó por asalto anteanoche una vivienda
del barrio Cuenca XV, cuando su joven propietaria estaba ausente.
Con un supuesto boleto de compra-venta en su poder, los cerca de 15
invasores pretendieron usurpar la casa. El episodio desencadenó
en la intervención policial. Mientras algunos huyeron y otros
depusieron su posición, uno de los invasores amenazó
con un cuchillo a los efectivos, se roció con nafta y al final
se inmoló a lo bonzo.
Se trata de Miguel Ramírez, de 28 años. Fue derivado
por el hospital Castro Rendón al centro privado Cemic. Se encuentra
con respirador artificial, en terapia intensiva, con quemaduras en
el rostro.
Los hechos sucedieron alrededor de las 20,30 del martes, en la vivienda
número 8, manzana C, cuando su propietaria, Bernardita Regollo,
se encontraba de visita en la casa de su madre, quien vive en el barrio
Confluencia.
Malintencionados
Los usurpadores llegaron al lugar, saltaron el portón de
entrada y se dispusieron a preparar un asado en el patio de la casa.
Alarmados por la situación, los vecinos avisaron a Regollo
y llamaron a la policía, que llegó al lugar y los
desalojó.
Sin embargo, cuando los efectivos se retiraron, un grupo regresó
a la casa de Regollo e ingresó una vez más. Según
contó la propietaria, ocasionó varios destrozos -entre
otros, el lavamanos del baño- y sustrajo algunos efectos
personales.
La policía intervino nuevamente y, finalmente, un patrullero
permaneció custodiando la vivienda durante toda la noche.
Según indicaron los vecinos, los patoteros vivirían
en una de las tomas asentada arriba de Cuenca XV. “Están
buscando un lugar para montar un aguantadero”, aseguraron.
Amenazas
“No se puede vivir así. Tengo mucho miedo. Hoy nos
amenazaron varias veces en el día”, manifestó
la damnificada, que ayer había soldado todas las ventanas
y puertas de la casa.
Regollo tiene 25 años. Madre de una nena de cinco, trabaja
de forma particular en servicios de limpieza. Accedió a la
casa propia hace cinco años, por medio de un plan provincial.
“En estos días voy a ir al IPVU (Instituto Provincial
de la Vivienda) para ver cómo se puede hacer para que me
trasladen a otra casa. Ya no quiero vivir más acá”,
aseguró.
Inseguridad
“Antes, la preocupación era que no nos robaran. Pero
ahora, nos tenemos que cuidar hasta de que no nos usurpen la casa
cuando no estamos”, expresó Hugo Panten, en una clara
síntesis de la situación general de inseguridad que
viven hoy los vecinos de este barrio. |