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Nicolás Rinaldi,
por primera vez pidió ayer declarar en el juicio. |
Neuquén > Nicolás Rinaldi quedó
ayer seriamente comprometido en el brutal asesinato de María
Alejandra Zarza. La pericia polinológica fue terminante: el
calzado que usó el acusado la noche en que desapareció
la joven pisoteó las plantas de la laguna donde finalmente
apareció el cadáver. Y con su calzado, contaminó
las alfombras del vehículo en el que se movilizaba junto a,
por lo menos, otras dos personas.
La afirmación pertenece al licenciado Guillermo Polischuck,
un perito de La Plata que tuvo participación en la investigación
del Triple Crimen de Cipolletti de 1997.
El perito, en una extensa exposición de más de una hora
y media, colocó a Rinaldi, a la víctima, al VW Polo
gris y a otras dos personas nunca halladas, en la laguna del paraje
Las Perlas donde la mañana del 26 de febrero de 2002 fue encontrado
el cadáver mutilado y semisumergido de Alejandra Zarza, tras
haber sido sometida a un parto macabro.
Contundencia
Rinaldi abandonó ayer la actitud pasiva y expectante de la
primera jornada. Se lo observó con rostro de preocupación,
dialogó más con sus abogados y hasta pidió
declarar para contrarrestar los dichos de uno de los jefes de la
investigación.
El testimonio de Polischuck se vio fortalecido por los de las ingenieras
agrónomas Luisa Conticello y Adriana Pía Bustamante,
ambas de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional
del Comahue, y del comisario Oscar Dunkler, de la división
Homicidios.
Conticello se explayó sobre los lugares y condiciones en
los que crece la planta analizada: la «Ludwigia Uruguayensis»,
cuyas partículas de polen fueron halladas en la suela de
las zapatillas de Rinaldi, en las alfombras del auto y en las sandalias
que la víctima usó la noche en que desapareció.
Si bien quedó en claro que esa planta crece en otros lugares
de aguas estancadas, el acceso directo a la misma sólo pudo
ser posible en esa laguna, donde la especie se desarrolló
invadiendo la costa. En otros cursos de agua en los que se constató
su presencia, la planta se desarrolló en el centro del espejo.
El cadáver de Zarza quedó recostado sobre unas matas
de «Ludwigia».
Pero los fiscales Ricardo Mendaña y Sandra González
Taboada, no sólo tenían previsto para ayer el golpe
que le dio a la causa el perito Polischuck.
En el tramo final de la jornada fue el turno de uno de los jefes
de la investigación, el comisario Miguel Angel Balmaceda,
quien, entre varias revelaciones de cómo se llevó
adelante la investigación, se refirió a la llegada
y curiosa desaparición de Rinaldi en los monitores del complejo
de cines Village, la noche del 19 de febrero de 2002.
Los registros
“La filmación muestra al imputado cuando ingresa al
hall de los cines; no se lo ve salir (se supone que lo hizo por
un sitio carente de cámaras) y sí se ve su regreso
por la puerta principal”, explicó. También aclaró
que “Rinaldi era el principal sospechoso desde el primer día”.
Declaró también Elba Dora Albarracín, pareja
del hombre que encontró el cadáver cuando caminaba
junto a sus perros. La mujer hizo referencia al movimiento vehicular
y de peatones en esa zona. Dijo que es habitual el ingreso de autos
hacia las lagunas los fines de semana o por la tarde, ya que muchas
familias utilizan el sitio para recreación. “Se han
visto ingresos de autos por la noche, pero no es lo usual; podrían
ser parejas” señaló. “Para llegar a las
lagunas (los autos) tienen que pasar por la calle de mi casa”
agregó.
Su vivienda está ubicada a unos 400 metros del lugar donde
apareció el cuerpo de la muchacha.
-¿Notó algo raro, movimientos extraños, por
esos días?, le preguntó el fiscal.
-No, respondió la mujer.
Según su opinión, la calle que pasa a unos 5 o 6 metros
de su casa es el único ingreso al lugar. El comisario Dunkler
agregó a todo ello un categórico: “para llegar
al lugar (la laguna) hay que conocerlo muy bien”.
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