Washington (Reuters) >
El presidente George W. Bush rompió con la política
que Estados Unidos ha mantenido durante décadas en Oriente
Medio y dijo que Israel puede mantener parte de los terrenos ocupados
en la guerra de 1967, lo que provocó la ira de los palestinos.
Bush hizo la declaración después de sostener ayer una
reunión en la Casa Blanca con el primer ministro israelí,
Ariel Sharon.
El mandatario estadounidense también expresó su apoyo
al plan de Sharon de retirar tropas israelíes de la Franja
de Gaza, parte del territorio que Israel ha ocupado desde la guerra
de seis días en 1967.
“En vista de la nueva situación, que incluye a importantes
centros ya existentes de población israelí, no es realista
esperar que el resultado de las negociaciones finales sea un retorno
completo e íntegro al armisticio de 1949”, aseguró
Bush en una conferencia de prensa conjunta con Sharon.
Además, calificó el plan como “histórico
y valiente” y afirmó que el problema de los refugiados
debe resolverse en un nuevo Estado palestino y no en Israel.
Cambio de discurso
Durante décadas, tanto en gobiernos demócratas como
republicanos, Estados Unidos ha visto los asentamientos judíos
en territorios ocupados como un obstáculo para la paz. Pero
ahora Bush ha cambiado esta política y considera a algunos
de dichos asentamientos como un hecho consumado.
El primer ministro palestino Ahmad Korei denunció de inmediato
la declaración de Bush y dijo que era inaceptable.
“Bush es el primer presidente de Estados Unidos que legitimiza
los asentamientos judíos en tierra palestina. Rechazamos
esto, no lo aceptaremos”, declaró a reporteros en Cisjordania.
“Nadie en el mundo tiene el derecho de ceder los derechos
palestinos”, agregó.
Israel ha establecido unos 120 asentamientos en Cisjordania desde
que se apoderó de la región junto con la Franja de
Gaza en la guerra de 1967. |