Neuquén >
La batalla que se dio el martes entre la Policía provincial
y los activistas por el rechazo a la bancarización de los
planes sociales, dejó su huella por la calle Godoy del barrio
San Lorenzo, cuando poco a poco comenzaron a sumarse jóvenes
y vecinos de la zona. Al menos unas diez cuadras de esta arteria
principal, quedaron expuestas ante la contramarcha de los manifestantes
y el avance de los efectivos de la fuerza.
A su paso, no fueron pocos los oportunistas que aprovecharon la
revuelta popular para hacerse de lo ajeno. Por lo menos una decena
de comercios chicos y medianos padecieron, durante la tarde y principalmente
por la noche, los reveses delictivos de la violenta jornada. Pasada
las 23,30 del martes, recrudió la ola de saqueos y robos.
Desde Antártida Argentina hasta el Hospital Heller, unas
quince cuadras distante del Estadio Ruca Che, varios negocios fueron
literalmente desmantelados, y otros arrebatados. En las inmediaciones
del hospital, al menos una panadería, una verdulería
y un kiosco fueron saqueados.
A esto debe sumarse en el corazón del propio barrio San Lorenzo,
donde otra decena de comercios sufrió la misma suerte.
Tras los saqueos
Frente al nosocomio, José Luis Pinacchio, de 62 años,
dueño de un kiosco, fue una de las víctimas. Su negocio
fue arrasado. El hombre había abierto hacía poco más
de tres meses. «Radiqué la denuncia. La policía
lo caratuló como robo calificado. Y si el seguro no me cubre,
le voy a reclamar al Gobierno. Pero por lo que queda del año,
a mí ya me mataron», expresó Pinacchio, mientras
caminaba entre los restos de lo que hasta horas atrás había
sido su negocio.
En esa misma cuadra, después de las 22 del martes, los arrebatadores
se frustraron tras intentar ingresar a una verdulería. «Hoy
(por ayer), cuando llegamos a la mañana, nos encontramos
con el vidrio roto. Trataron de palanquear la puerta, pero el candado
no cedió», contó Diego, quien hace tres años
que es uno de los verduleros del barrio.
La panadería del lado corrió la misma suerte. En este
caso se trató de un robo. Los vándalos aprovecharon
la confusión de la revuelta e ingresaron por los techos.
«Se llevaron la caja registradora, el radiograbador y hasta
la heladera», contó Silvana, empleada.
En la zona baja de la Godoy, una carnicería de una cadena
regional fue la más afectada. Dentro del local no quedó
nada. Los saqueadores se llevaban las medias reses enteras. Ya en
diciembre del 2001, fueron blanco de los saqueos. Desde entonces,
comenzaron a trabajar para repuntar, pero estas fiestas, otra vez
los encontrará intentando reiniciar el negocio.
Negocios cerrados
Neuquén
> Tras los saqueos que se suscitaron durante la refriega
del martes, varios de los comercios arrebatados ayer permanecieron
con las persianas bajas.
Ante la incertidumbre por los perjuicios que les ocasionaron los
sucesos, los comerciantes consultados aseguraron que en caso de
que los seguros no les cubran las pérdidas, reclamarán
por las pérdidas al Gobierno. Al respecto, adelantó
ayer el jefe de Gabinete, José Brillo, que la próxima
semana en la reunión de ministros, se planteará cómo
ayudar a los comerciantes afectados tras la batalla campal.
En horas de plena refriega, cuando los manifestantes retrocedían
por las embestidas de las fuerzas policiales, se pudo ver a grandes
y chicos en las revueltas de los saqueos. «Se metieron donde
había chupi y morfi. Fueron directo a eso», comentó
un vidriero de la calle Godoy.
Oportunidad
Sin embargo, no fueron pocos los comerciantes que coincidieron en
señalar que los protagonistas de los arrebatos fueron principalmente
menores de edad. «Son pibes de aquí. Bajan de los barrios
de la zona y aprovechan la volteada», dijo Fabián,
propietario de un kiosco. «A nuestro local no entraron porque
nosotros estábamos adentro y les dijimos que no. Eso también
te habla del sentido de la oportunidad de estos pibes», analizó.
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