NEUQUEN.- La decisión
de pesificar y no modificar las tarifas eléctricas comenzó
a generar graves efectos sobre las empresas generadoras: la empresa
Hidroeléctrica Piedra del Aguila recibió pedidos de
quiebra por parte de sus acreedores al incumplir desde junio del
año pasado con el pago de sus obligaciones.
De acuerdo con lo informado por la firma a la Comisión Nacional
de Valores a través de su Estado Contable Trimestral al 30
de junio del corriente año «se han presentado dos pedidos
de quiebra por tenedores de obligaciones negociables, reclamando
la liquidación de las correspondientes sumas adeudadas».
La Sociedad y sus asesores legales estiman que las acciones iniciadas
por los obligacionistas no deberían prosperar.
Según lo que explicó Piedra del Aguila de acuerdo
con los términos del Contrato de Concesión, la Sociedad
no puede solicitar su concurso preventivo ni un acuerdo preventivo
extrajudicial (o «APE») con sus acreedores, ya que ello
traería aparejada la pérdida automática de
la concesión.
Aclaró que «la sociedad se encuentra gestionando que
dicha disposición del Contrato de Concesión no opere
mientras la Emergencia Económica y Social dispuesta por la
Ley N° 25.561 se encuentra vigente».
Con fecha 3 de septiembre Hidroeléctrica Piedra del Aguila
a través de su apoderado Damián M. Altgelt notificó
a la CMV que con fecha 30 de junio de 2003 recibió una citación
sobre un pedido de quiebra por parte de Hermes Revol por un monto
de 50.000 dólares.
El pedido de quiebra se tramita ante el Juzgado Nacional de Primera
Instancia en lo Comercial N° 24 Secretaría N°48.
La empresa, el 16 de agosto pasado procedió a contestar el
traslado y efectuó el depósito judicial por $ 16.702.
El monto depositado comprende los intereses y capital correspondientes
a las cuotas que vencieron el 30 de junio 2002, el 31 de diciembre
2002 y el 30 de junio del 2003.
La empresa explicó en su balance que se encuentra en una
situación en donde sus ingresos son percibidos en pesos cuando
parte de sus egresos y la mayor parte de su deuda se encuentran
expresadas en dólares.
«Este nivel de precio no permite recuperar los fondos suficientes
para hacer frente a los gastos financieros y el pago de la deuda»
sentenció para explicar el default.
Por tal motivo y «con el propósito de mantener la prestación
de su servicio, asegurar la igualdad de trato a los acreedores,
salvaguardar el capital de trabajo y preservar el principio de empresa
en marcha, la sociedad se ha visto en la necesidad de postergar
los pagos correspondientes de capital e intereses de las Obligaciones
Negociables emitidas.
Con el fin de lograr una reestructuración de sus pasivos
designó como asesor financiero a Merril Lynch & Co.
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