¿A dónde llevamos el enfermo?
Sr. Director:
Escribo con gran indignación y preocupación
por los momentos de tristeza y nerviosismo que nos hicieron vivir
algunos insensibles que quedan a cargo de una guardia médica,
donde deben velar por la salud de la población. Es terrible
tener que mendigar atención a personas que lo único
que les interesa, es que pase la noche y con la menor cantidad de
complicaciones posibles. El martes 26 de agosto a las 01,40 hs se
descompensó por enésima vez mi padre, quien contaba
con severos antecedentes cardíacos y hace mucho tiempo es
atendido en el policlínico ADOS, de hecho había sido
dado de alta 5 días atrás de ese lugar. Debido a esta
descompensación llamamos a la ambulancia de Emergencias,
quien llegó en forma rápida y atendió a mi
padre y lo trasladó a ADOS. Salvo una vez, todas las deficiencias
cardíacas que provocaban la internación de mi padre,
se produjeron en horas de la madrugada; y sistemáticamente
cuando llegábamos con él a la guardia se nos decía
que no había lugar, pero luego de algunas insistencias y
presiones de parte nuestra (su familia), aparecía un lugar
y se lo asistía. La atención una vez internado siempre
fue excelente, tanto en terapia intensiva como en el piso.
Pero ese martes nos tocó la desgracia de que se encontraran
en la guardia dos personas, quienes no sólo no lo atendieron
a mi padre, sino que maltrataron a mi madre que lo acompañaba
en la ambulancia y les cerraron la puerta por donde entran las camillas
y por la ventana una mujer que hace las veces de enfermera o algo
así, gritaba: «que quieren, ya les dijeron que no hay
lugar». Una persona que dice ser médico, Ricardo Flores,
dijo ante el pedido de atención de mi madre, que él
«no podía hacer nada» ya que no había
lugar y que el paciente se encontraba ESTABLE, razón por
la cual nos lo debíamos llevar quien sabe dónde, porque
de todos los otros lugares nos habían negado atención
por falta de lugar, hasta del mismo hospital público.
El paciente que supuestamente se encontraba ESTABLE, falleció
a las 04,00 hs. en la clínica Pasteur atendido por el cardiólogo
Claudio Ploger, a quien llamamos a su casa las 2,30 hs. y calculo
que demoró 10 minutos en llegar y trabajo sin respiro hasta
que después de un tercer paro cardíaco, mi padre Elias
Melken, una persona de bien que trabajó, educó 5 hijos
y nunca le hizo mal a nadie..... dejó de existir. Y un irresponsable
decía que se encontraba «ESTABLE». Como respuesta
a nuestro dolor y ante el único pedido que le hicimos a la
directora médica de ese policlínico, nos solicitó
una orden de un Juez o un oficio para entregarnos una copia de la
historia clínica de mi padre, dejando entrever una preocupación
institucional ante lo actuado. Sinceramente no esperamos que nos
den una explicación, porque no existe, simplemente esperamos
que alguien actúe, sobre todo para que no se repitan errores
con seres humanos, ya que son irreparables.
Atentamente
Gustavo Elías Melken
D.N.I. Nº 14.800.367
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