CIPOLLETTI.- Cuatro
años cumplirá dentro de una semana el crimen de la
bioquímica Ana Zerdán, quien fue encontrada muerta
en su laboratorio con evidencias de haber sido brutalmente golpeada.
Hasta la fecha no hay detenidos en la causa, pero existen expectativas
a partir de una serie de medidas solicitadas hace varias semanas
por la querella que representa a los familiares de la víctima.
El cuerpo sin vida de la profesional fue hallado en su laboratorio
de calle San Martín, entre Brentana y Libertad, el 18 de
septiembre de 1999. El asesinato causó conmoción en
una ciudad que ya venía sacudida por el Triple Crimen de
1997 y por el descuartizamiento del peón rural Carlos Aravena,
en 1998.
El juez Juan Torres, a cargo de la causa, dirigió sus primeras
pesquisas al entorno de la víctima y por esa vía procesó
en su momento a la última pareja de la mujer, Juan Aguirre,
y al hijo de éste, Juan Carlos. Sin embargo, ambos fueron
desprocesados con posterioridad, lo que dejó al caso sin
sospechosos.
Ayer, el abogado Oscar Pandolfi, que actúa como querellante
en representación de los hermanos de la profesional, manifestó
que «la investigación sigue en pleno desarrollo»
y dijo que existen «buenas razones para pensar» que
el crimen puede ser esclarecido, además de enfatizar que
éste «es mi más ferviente deseo».
El letrado dijo que hay algunas iniciativas solicitadas por la querella
a las que Torres ha dado curso y destacó su «esperanza»
de avanzar en la causa de acuerdo con los resultados que se obtengan.
Consultado sobre si hay en la actualidad sospechosos por el caso,
Pandolfi prefirió no referirse a tal aspecto de la causa.
Por su parte, Graciela Edorna, del grupo de amigas de Ana Zerdán,
indicó ayer que Mirta Zerdán, hermana de la víctima,
vendrá a Cipolletti el lunes 15 de septiembre, a efectos
de participar de una misa en recordación de la bioquímica,
que tendrá lugar el miércoles 17, en la iglesia de
la Sagrada Familia. Indicó que Mirta Zerdán ha preferido
no hacer actos en esta ocasión y, en cambio, participar de
iniciativas de carácter más privado. Edorna manifestó
tener «expectativas» en cuanto a un futuro esclarecimiento
del hecho por cuanto «yo no creo en la existencia del crimen
perfecto».
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