|
Por JOSE LUIS PACHECO |
• El complejo y cambiante escenario político
provincial ha terminado por poner al intendente, Horacio Quiroga,
frente a un dilema: aceptar el convite de quienes lo quieren como
candidato a gobernador por un frente opositor y endulzan sus oídos
con encuestas que lo dan como el único con chances de enfrentar
con alguna posibilidad de éxito al MPN; o respetar la voluntad
de los capitalinos, que el pasado 2 de marzo lo eligieron para gobernar
la ciudad por cuatro años más. La cuestión
no es para nada sencilla.
• La indefinida postergación de la Convención
del radicalismo -que hoy Quiroga domina a voluntad- da cuenta de
que ha preferido esperar a que se tranquilicen las aguas y los demás
partidos definan sus cuestiones internas antes de tomar una decisión.
Durante los últimos días el intendente se cansó
de repetir en público y en privado que descarta cualquier
postulación. Pero tras la «baja» de Oscar Parrilli,
son varios los opositores que otra vez posaron sus miradas en él
y están dispuestos a volver a la carga para seducirlo y lograr
el sí. Entre ellos se encuentran sus socios de Unión
por Neuquén. En su entorno, las posturas también están
divididas. Los más entusiastas no se cansan de repetir que
«es una oportunidad histórica», seguros que una
candidatura de Quiroga lograría aglutinar a toda la oposición,
salvo los antiquiroguistas históricos, entre ellos el ARI
-ahora asociado con el MUN-, el socialismo y el radicalismo legislativo.
Los moderados prefieren no apurar los tiempos y esperar el 2007,
sin arriesgar el capital político que hoy posee el intendente.
«Presiones hay muchas pero él no quiere jugar. Va a
ser una decisión muy personal», confió uno de
sus principales operadores.
• Todo este proceso tiene un efecto directo en la gestión
de gobierno. Y Quiroga lo sabe. A nadie escapa que de los pasos
que vaya dando dependerá la suerte de varios temas claves
para su gobierno: uno de ellos es el presupuesto 2003, donde estará
incluida la partida para la construcción de la sede del Museo
Nacional de Bellas Artes (MNBA). A priori, el proyecto ya tiene
el visto bueno de la comisión de Hacienda -que preside el
emepenista Federico Brollo- pero el despacho favorable para pasarlo
a votación en el recinto sigue dilatándose. El trámite
se iba a concretar el miércoles pasado pero sólo el
radical Carlos Vidal puso la firma. De allí las especulaciones
desatadas en torno a la demora. No son pocos los que sostienen que
hasta no estar seguros que Quiroga no se lanzará como candidato,
el emepenismo mantendrá su indefinición aunque verbalmente
ya haya anticipado su respaldo para sancionar las partidas presupuestarias.
Su aprobación, abrirá la puerta a la concreción
de uno de los proyectos emblemáticas de la gestión,
que se vio envuelto en una fuerte disputa política, superada
a través de otro acuerdo político. Sabiendo que cualquier
paso en falso puede poner en riesgo la gobernabilidad del municipio,
el intendente ha hecho de la cautela un culto, aunque no hay que
olvidar que en su esencia -como lo definió uno de los hombres
de su máxima confianza - «es un animal político».
• La semana que pasó también dejó como
hecho destacado el final de la licencia extraordinaria que la condenada
concejal Norma Miralles gozaba desde hace un año. La jugada
de último momento que intentó la edil de pedir ella
misma la suspensión de la licencia fracasó, y en realidad
volverá a su cargo obligada. Ahora resta saber si el MPN
cumplirá con la promesa de no bajar el recinto en protesta
por la presencia de Miralles o si la concejal justicialista ensayará
una disculpa general al momento de sentarse en su banca, por los
agravios que dedicó a sus pares en uno de sus ataques de
incontinencia verbal. Algunos concejales aseguran que tampoco hay
que descartar otra jugada a la que la dirigente ya apeló
para postergar el inicio del juicio en su contra: presentar un certificado
médico y demorar su regreso al cuerpo legislativo.
|