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Los
que ya no comen en casa |
NEUQUEN.- El 71,2 por
ciento de todos los restoranes, parrillas, pizzerías, bares,
confiterías y casas de comidas varias de la ciudad de Neuquén,
se concentra en un radio que apenas pasa de las veinte manzanas del
microcentro capitalino. Hace sólo diez años, los lugares
donde poder comer algo al mediodía, en esa misma zona de la
capital, no superaba la decena.
Para los expertos en el tema, esta explosión demográfica
de la gastronomía fue la respuesta a la enorme demanda ocasionada
por un cambio -relativamente reciente- en la cultura laboral neuquina:
el horario corrido, lo que le privó a miles de trabajadores,
empleados, profesionales y ejecutivos de la posibilidad de regresar
a sus hogares para almorzar, tal y como lo venían haciendo
desde siempre.
La jornada corrida y el vértigo gerencial de la empresa privada,
cuya impronta se trasladó también a algunos niveles
superiores de la administración pública, llevó
el trajín del diario trabajo a la mesa con el «menú
ejecutivo», y hasta obligó a comenzar la jornada laboral
más temprano con el «desayuno de trabajo». Intercaló
los sabores y olores de la «nouvelle cuisine» entre los
informes de situación y las políticas de ajuste de personal,
y hasta reforzó la pedagogía corporativa de la capacitación
empresarial con los americanísimos café, tostadas y
jugo de naranja, en detrimento del telúrico y setentista mate
amargo, llevado como bandera a la victoria por los empleados públicos,
pioneros del horario corrido sólo que más corto.
En la actualidad, más de medio centenar de estos locales, que
van desde los tradicionales restoranes, parrillas y casas de pastas
hasta los más nuevos híbridos gastronómicos bautizados
con las coquetas denominaciones de «resto-bar», «resto-pizza»
o «wine-bar», funciona en ese territorio que incluyen
las plazas Roca y Ministro González y las diagonales Alvear
y 25 de Mayo.
Hoy, a diferencia de otros tiempos, todos estos locales, incluso los
bares y confiterías, ofrecen tanto el llamado «menú
ejecutivo» como los «desayunos de trabajo» a clientes
que cumplen sus tareas en el centro neuquino, en una tendencia que
va en aumento a la par del crecimiento de la ciudad y las nuevas empresas
que se radican en ella.
Buena parte de estos merenderos únicamente satisface la demanda
inmediata del que dispone de apenas media hora para comer, ofreciéndole
un plato del día -con bebida incluida- de muy rápida
salida y a precio mínimo.
Pero otros locales, de mayor complejidad y fundamentalmente mayor
número de tenedores en su calificación, brindan un servicio
completo a las empresas consistente en almuerzos y desayunos con algún
valor agregado acorde a la ocasión.
Muchas compañías, desde aseguradoras a agencias de turismo,
planifican un desayuno para capacitar a sus empleados o también
para poder presentar un nuevo producto o realizar algún evento
bien temprano en la mañana.
«El desayuno es fundamentalmente para trabajo, el almuerzo más
bien un ‘break’, un corte» explica Karina Bakker,
encargada de relaciones públicas de un coqueto restorán
del centro. «Cuando hay un plato de comida en el medio, siempre
es más grata la discusión», sentencia. |
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