PARIS.- El tenista
santafesino Guillermo Coria dejó ayer en el camino a su compatriota
Mariano Zabaleta y accedió a los cuartos de final del tradicional
torneo de Roland Garros, donde hoy tendrá un duro cruce con
el número uno del mundo, el estadounidense Andre Agassi.
El «Mago» sabe que el partido de hoy será una
oportunidad histórica y no piensa desaprovecharla, pese a
los kilates del rival. «Desde chico él es mi ídolo
por como revolucionó el tenis con su onda y vestimenta, pero
no le tendré ningún respeto». «Lo veía
jugar de chiquito, él era mi jugador preferido por su pelo
largo, su facha, la onda que le ponía al juego al revolucionar
todo con su vestimenta; sólo veía sus partidos»,
comentó Coria respecto a «Kid de Las Vegas».
«Las dos veces que lo enfrenté lo respeté mucho
y me pasó por arriba, pero mañana (por hoy) no lo
voy a respetar», dijo Coria en una multitudinaria conferencia
de prensa luego del partido con Zabaleta.
El argentino cree que el hecho de entrenar con Agassi, dos días
antes del comienzo del torneo, fue muy positivo porque «ahora
sé qué tengo que hacer, sé lo que le molesta,
pero debo estar muy concentrado para hacerlo bien y no equivocarme.
Si juego palo a palo me va a aplastar porque en eso está
un escalón arriba de todos».
Luego reconoció que con Alberto Mancini siempre habla sobre
el partido que su entrenador le ganó a Agassi en Roma en
1989, cuando el argentino tenía 19 años y el estadounidense
uno menos. «El me estuvo diciendo cómo hay que jugarle,
lo comentamos varias veces y estoy preparado para ganarle, estoy
más maduro», dijo el «Mago», que por su
presente hizo que todos los medios del mundo se presentaran en su
conferencia de prensa, que se extendió bastante más
de lo habitual.
«Lamentablemente no hay mucho tiempo para disfrutar de este
momento, que es el mejor de mi vida, llegar a cuartos de final de
Roland Garros es un sueño, pero ya tengo que pensar en Agassi»,
aseveró. Y comentó que por su buena preparación
física no tendrá desventajas, pese a tener un día
menos de descanso que el estadounidense. «Hoy, al igual que
el domingo, tuve que realizar un esfuerzo enorme, pero no se sentirá
porque cuando entre a la cancha todo pasará por la cabeza
y deseo jugar este partido desde hace tiempo, porque las dos veces
que nos enfrentamos fueron sobre cemento y ni la vi, me pasó
por arriba», señaló.
«Será complicado pero ahora en polvo de ladrillo seguro
que va a ser distinto porque puedo aguantar otra vez cinco set»,
disparó el santafesino.
Coria, el único sobreviviente
PARIS.- Al concluir la primera semana de Roland
Garros sólo queda un jugador argentino, Guillermo Coria,
de los 16 que comenzaron el torneo, cuando muchos se ilusionaban
con una invasión argentina en los cuartos de final, algo
que sólo se está dando en el cuadro de dobles. Los
que se destacaron son Coria y Mariano Zabaleta, que arribaron a
octavos de final con una gran solvencia y confianza en su juego,
y el recuperado Federico Browne llegó a una meritoria segunda
ronda tras ingresar de la clasificación.
Otros que en menor medida cumplieron fueron Juan Ignacio Chela,
quien estuvo a punto de eliminar a Carlos Moya y llegar a octavos,
pero su constante irregularidad y el hecho de estar sin entrenador
(varios pugnan por ocupar ese lugar) le jugaron en contra al «Flaco»
de Ciudad Evita.
En tanto, el luchador Franco Squillari pasó una ronda eliminando
a Agustín Calleri cuando nadie daba nada por él.
Claro que el hecho de que varios no hayan llegado más lejos
no se puede considerar como fracaso ni nada por el estilo, ya que
era previsible que la mayoría de ellos quedara eliminado
por la dificultad de sus cuadros.
Sin embargo, se esperaba mucho más por las actuaciones de
las últimas semanas, especialmente en el torneo de Hamburgo,
y por repetir la semifinal de la Copa Davis. Especialmente de David
Nalbandian, Gastón Gaudio y Agustín Calleri, quienes
debieron volverse a sus casas en segunda, tercera y primera ronda,
respectivamente.
Nalbandian, quien poseía el cuadro más accesible de
todos los tenistas argentinos por su condición de cabeza
de serie, fue sorprendido por el ignoto francés Nicolas Coutelot,
que se encuentra 200 puestos por debajo del cordobés y de
esta forma desperdició una oportunidad inmejorable de sumar
puntos con vistas a su difícil defensa de la final de Wimbledon
del año pasado.
El cordobés está pasando por un mal momento al terminarse
la temporada de polvo de ladrillo, ya que no ha logrado destacarse
en ningún torneo y su flojo presente podría hacer
peligrar su lugar en el equipo de la Copa Davis, sobre todo por
la solidez que evidencia Coria.
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