|
El río Neuquén
en la zona ribereña más poblada: se observa claramente
el barrio Rincón de Emilio y la zona urbana del noreste
capitalino. |
CIPOLLETTI.- Grandes daños en la industria
petrolera asentada en la denominada «Curva de Añelo»
del río Neuquén, además de otros perjuicios
a bienes y personas, podría producir una crecida de grandes
proporciones, dada la limitada capacidad actual de contención
del complejo de Cerros Colorados, según confirmaron ayer
expertos de la región, sosteniendo al mismo tiempo la urgente
necesidad de construir obras de contención.
Los efectos que una gran crecida podría ocasionar en la actividad
petrolera fueron advertidos hace ya un tiempo por la Autoridad Interjurisdiccional
de Cuencas (AIC) y son una muestra más de lo imperioso de
realizar más obras de regulación para el río
Neuquén.
Tras las catastróficas inundaciones registradas en Santa
Fe, el tema volvió a tomar suma actualidad, ante la evidencia
de la similitud de situaciones: una crecida extraordinaria, que
se preveía en términos teóricos y que terminó
siendo una lamentable realidad.
Capacidades
Los estudios realizados en la región tienen en cuenta que
el actual sistema de embalses en el curso fluvial del Neuquén
tienen (en el dique de Portezuelo Grande, que forma parte del complejo)
posibilidad de soportar crecidas de hasta unos 7.900 metros cúbicos
por segundo (m3/s), por lo que todos los caudales superiores a esa
cifra podrían poner en aprietos todo lo que queda aguas abajo,
en particular, la llamada «Curva de Añelo».
Durante el siglo que pasó, los caudales máximos del
Neuquén llegaron a unos 5.000 m3/s, lo que pudo ser contenido
sin mayores inconvenientes por los embalses, aunque igualmente causaron
inundaciones en zonas ribereñas.
Sin embargo, se estima que la máxima crecida histórica
de que se tiene noticias, a fines del siglo XIX habría superado
con cierta holgura la capacidad actual de regulación.
Un funcionario de la AIC, consultado ayer, dijo que de producirse
una crecida de grandes proporciones (por ejemplo de unos 11.500
m3/s, es decir, bastante por debajo de la crecida máxima
probable de 14.520 m3/s), aguas abajo de las presas del Neuquén
«se inundaría todo el Alto Valle y no sólo de
agua, sino que también de petróleo».
El
petróleo
La crecida en la zona de la «Curva de Añelo»
se llevaría por delante emprendimientos hidrocarburíferos
de Loma de la Lata, que además de ser afectados por el agua,
podrían ocasionar la dispersión de petróleo
en una amplia zona, con el consiguiente perjuicio ambiental para
la vida y la actividad humanas.
Lógicamente, al perjuicio ambiental habría que agregarle
cuantiosos daños económicos, difíciles de estimar
teóricamente, pero igualmente sencillos de calificar como
importantes y graves.
Estos estudios están ya ha disposición de las provincias
integrantes de la AIC y de los municipios próximos a la «Curva
de Añelo», junto con los mapas de inundación
con las estimaciones de hasta donde alcanzaría el agua de
acuerdo con diversos eventos hídricos.
Todos estos previsiones no hacen más que poner sobre el tapete
la necesidad de realizar más obras de regulación en
el Neuquén, a efectos de aumentar las condiciones de seguridad
aguas abajo de los embalses.
Capacidad de sanción
A la firma del presidente de la Nación, Eduardo Duhalde,
está un proyecto de decreto que otorga capacidad sancionatoria
a la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), que de ese
modo tendría un poder de policía más efectivo
sobre la actividad humana en los ríos de la región.
La iniciativa se maneja con extrema reserva en el organismo de cuencas.
De todos modos, pudo saberse que, a la fecha, la solicitud de la
AIC no habría encontrado objeciones entre los concesionarios
hidroeléctricos, aunque en otros sectores sí habría
producido algún tipo de malestar. La propuesta sigue vigente
y ahora es el presidente Duhalde quien tiene la decisión.
En el pasado, han surgido diferencias entre la AIC y algunas concesionarias
hidroeléctricas en torno al manejo del agua en situaciones
extremas, por ejemplo durante sequías prolongadas o, por
el contrario, cuando el río trae grandes caudales.
Por tal motivo, en el organismo desean tener, además del
poder de control y regulador que hoy tienen, un poder de sanción
para hacer más firmes sus pronunciamientos. «La AIC
es uno de los pocos entes reguladores del país que no cuentan
con esta posibilidad sancionatoria», puntualizaron las fuentes.
Desde 1978 que no había tanto caudal
CIPOLLETTI.- En abril pasado, los ríos
Limay y Negro tuvieron caudales que alcanzaron los máximos
para ese mes desde 1978, lo que se explica por la necesidad de reducir
la cantidad de agua almacenada en los embalses, con vistas a tener
en ellos una mayor capacidad de acumulación durante las crecidas
invernales.
Así lo dio a conocer la Autoridad Interjurisdiccional de
Cuencas (AIC), que también hizo saber que todavía
existe incertidumbre sobre pronósticos a largo plazo sobre
la climatología de la zona para el trimestre junio, julio,
agosto, de acuerdo con la variabilidad que muestran los estudios
sobre las condiciones del océano Pacífico.
De todos modos, entre las estimaciones que se tienen en cuenta figura
la del Laboratorio Climático Sudamericano, a cargo de Luis
Minetti, en la que se destaca la posibilidad de «ocurrencia
de precipitaciones en la región» para el trimestre
considerado, que tendría un balance húmedo. Otros
pronósticos indican la posibilidad de precipitaciones medias
o deficitarias.
El organismo recordó que en abril, a raíz de los considerables
aportes hídricos de la primavera del año pasado, «se
continuó con desembalses, que significaron superar los caudales
máximos para drenaje».
En su informe hidrometeorológico mensual, se recuerda que
durante el período octubre 2002-enero 2003, por aplicación
de normas de atenuación y erogación alternativa de
crecidas, «quedaron retenidos en los embalses de Piedra del
Aguila y El Chocón volúmenes de agua» que después
tuvieron que ser evacuados.
Se indica también que, a pedido de los concesionarios, «la
AIC autorizó un aumento en las erogaciones por Arroyito durante
abril, a valores tales que permitieran restituir apróximadamente
el volume libre que hubiesen alcanzado aquellos embalses, de haberse
erogado desde octubre toda el agua especificada en los contratos».
Una buena: concurso escolar
CIPOLLETTI.- Con la presencia de las principales
autoridades educativas de Río Negro y Neuquén, se
llevó a cabo ayer el lanzamiento del concurso «El agua
en la región del Comahue», que impulsa la Autoridad
Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) para estudiantes dos cursos
de nivel medio, tanto público como privado y de gestión
privada.
El acto tuvo lugar en instalaciones del organismo de cuencas, a
las 11, con participación de la titular de Educación
de Río Negro, Ana Mázzaro, y de la vicepresidente
del Consejo Provincial de Educación de Neuquén, Cristina
Storioni, entre otros funcionarios.
Por la AIC, estuvieron presentes su presidente, Juan Luis Gardes,
y los representantes en la entidad por Neuquén, Elías
Sapag, por Río Negro, Horacio Collado y de Buenos Aires,
Horacio Boland. También participó el intendente de
Carmen de Patagones, Ricardo Curetti, ya que a su jurisdicción
también se extenderá el concurso.
Los presentes coincidieron en destacar el rol fundamental que tiene
el agua para el desarrollo humano de la región, como un bien
del que a veces no se tiene cabal conciencia de toda su significación
y trascendencia. Y el agua, por fortuna, resulta abundante en el
Comahue, ya que sus parámetros están por encima de
los nacionales y aun internacionales que rigen para su estimación.
En el concurso, cada colegio o establecimiento podrá presentar
un máximo de tres propuestas elaboradas por otros tantos
grupos de trabajo, constituidos éstos por un máximo
de diez alumnos, con conducción de un docente. La temática
de los trabajos deberá ser comunicada a la AIC antes del
10 de junio y la elaboración del contenido se hará
en el transcurso del ciclo lectivo, con fecha tope de presentación
del trabajo elaborado el día 15 de octubre.
La premiación tendrá tres menciones distintas, la
primera de las cuales incluirá la publicación del
trabajo, la financiación integral de un viaje de estudios
guiado por la región de la cuenca de los ríos Limay,
Neuquén y Negro, diplomas y un equipo de computación
para el establecimiento al que concurren los ganadores.
|