PARIS.- Más
de un millón de personas salieron ayer a las calles de las
ciudades francesas para expresar su oposición a la reforma
del sistema de jubilación estatal que quiere emprender el
gobierno para reducir el déficit y aumentar los años
de aportes, en una jornada de huelga que dejó paralizado
a casi todo el país y amenaza con repetirse de no mediar
una negociación entre las partes.
Dos millones de personas se movilizaron en la mayor parte de las
ciudades francesas en contra de la reforma jubilatoria, según
las organizaciones sindicales y 1,1 millón según la
policía. Los empleados de las empresas de transporte (tanto
aviones, como trenes, ómnibus y el subterráneo de
París, que quedaron prácticamente paralizados), maestros
y empleados de empresas estatales como los de la telefónica
France-Telecom; la empresa eléctrica EDF y en los correos,
adhirieron masivamente al llamado a la huelga.
La convocatoria a la huelga de 24 horas fue realizado por todos
los sindicatos contra el proyecto del gobierno del primer ministro
Jean-Pierre Raffarin de elevar de 37,5 a 40 los años de aportes
necesarios para que los empleados estatales puedan gozar del 100
por ciento de sus prestaciones al dejar de trabajar. El Estado francés
necesita de aquí al año 2020 unos 50.000 millones
de euros (unos 58.000 millones de dólares) para cubrir el
déficit de las cajas de pensiones, para eso propone aumentar
el número de años de aporte.
Según un informe parcial de la CGT -una de la centrales obreras-
una movilización de esta envergadura no se había visto
desde 1995 cuando el también derechista Alain Juppé,
entonces primer ministro, intentó infructuosamente reformar
el sistema de jubilación.
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