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Por Katia Obrist (*) |
NEUQUEN.- Hace sesenta años,
en unos días otoñales muy semejantes a los que estamos
compartiendo por estos días, se produjo un hecho inaugural
en la historia de la educación de nuestra ciudad. La confluencia
de, por un lado, la necesidad de los pobladores de una educación
que les permitiera seguir especializándose luego del sexto
grado y, por el otro, la decisión de las autoridades de concretar
ese deseo, dio lugar a la creación del actual Instituto de
Formación Docente Nº 12 «General Don José
de San Martín».
Sus comienzos están enmarcados en los difíciles años
’42 y ’43. Por un lado, el conflicto de orden mundial,
la segunda guerra, inmovilizó las sociedades en su aspecto
político y a sus dirigentes en América Latina y en
Argentina, en particular. Además, la política educativa
del momento hacia los territorios nacionales que aún no tenían
autonomía provincial era ejercida con cierto atraso. Pero,
por otro lado, encontramos un espacio prácticamente consolidado:
la zona del Alto Valle es beneficiada a partir de actividades relacionadas
con el ISI (Institucionalización por Sustitución de
Importación): la fruticultura, el petróleo y el oro
y, consecuentemente, las actividades terciarias, fundamentalmente,
el comercio. Además, la llegada del Ferrocarril del Sud,
la Capitalidad en 1903 y 1904 van configurando una fisonomía
que tiene una única finalidad: mejorar la calidad de vida
de Neuquén.
Hasta la década del cuarenta, la provincia era Territorio
Nacional y sus niños solo concurrían a escuelas primarias.
Por esos años, los reclamos de una escuela secundaria comenzaron
a hacerse desde todos los sectores, oficiales y privados. Entre
ellos podemos mencionar los pedidos efectuados por el gobernador,
coronel Enrique Raymundo Pilotto, un proyecto del diputado radical
López Merino en el Congreso de la Nación y el petitorio
realizado por maestras de sexto grado que incentivaron a sus alumnos
-futuros egresados en los años ’39, ’40, ’41-
a juntar firmas entre las «fuerzas vivas» de la población.
Finalmente, después de casi ocho años de trámites
en Buenos Aires, el Congreso de la Nación hizo lugar a este
pedido.
La inauguración del establecimiento se realizó a los
dos meses del instrumento legal que le dio vida: el Decreto Nacional
Nº 143794, con fecha del 25 de febrero de 1943. En ese momento,
fue llamada Escuela Nacional de Enseñanza Técnica
Anexo Comercial y Profesional de Mujeres y dependía de la
Escuela Nacional de Artes y Oficios de General Roca, cuyo director,
el señor Alberto Alonso, había quedado a cargo de
la organización del nuevo instituto en Neuquén. El
Director del Anexo fue el señor Domingo Sierro Yánez
quien, conjuntamente, desempeñó los cargos de secretario
y tesorero.
Con cuarenta y un alumnos inscriptos, las clases se iniciaron el
12 de abril de ese mismo año en el salón de la Cooperativa
Escolar «Conrado Villegas». El discurso inaugural del
curso estuvo a cargo del doctor Eduardo Castro Rendón; esta
emotiva alocución fue escuchada atentamente por los alumnos
y por el cuerpo de profesores, integrado por Antonio B. Avila, Rubén
E. Balbi, Héctor E Cámpora, Olimpia Parola de Krausse,
Francisco López Lima, Julia Victoria Garay de Marziale, Inés
Calderón de Pojmaevich y Fernanda Emilio Rajneri.
Pero esta primitiva sede de la Escuela se tornó inapropiada
para el desarrollo de sus actividades y, en la búsqueda de
mayor espacio y comodidades, se trasladó a sucesivas dependencias.
De este modo, se domicilió en el antiguo Hotel Confluencia
-actualmente demolido- sito en la esquina noreste de Avenida Argentina
y San Martín; luego, se trasladó al edificio donde
había estado funcionando hasta ese momento la Escuela Nº
61, en Onésimo Leguizamón y San Martín. Y,
en 1944, se ubicó en el local en el que se encontraba la
Comisaría Primera, propiedad de don Arsenio Martín,
en la calle Láinez al 300.
Entre estos constantes cambios, también se encuentran los
de las autoridades. En 1945 ocupó el cargo de director titular
el señor Luis Guillermo Thomas. Al año siguiente,
asumió esa responsabilidad la profesora Olimpia Parola de
Krausse, profesora de larga trayectoria docente por ese entonces
y de claros principios pedagógicos basados en la teoría
de Durkhein; dio independencia a la Escuela Nacional de Comercio
en el edificio de la calle Santiago del Estero 246.
La Escuela Nacional de Comercio
El 21 de marzo de 1947 se creó el Anexo Bachillerato
a través del Decreto Nº 7456. Sus clases se iniciaron
el siete de abril de ese mismo año con un total de ochenta
y un alumnos que, sumados a los ciento catorce, totalizaban ciento
noventa y cinco estudiantes (1). El numeroso y
entusiasta público asistente a la inauguración oficial
de este anexo demostró el apoyo de los pobladores a la nueva
modalidad del establecimiento, modalidad que continúa hasta
el presente. Este evento, además, incluyó la presencia
del Señor Ministro de Justicia e Instrucción Pública
de la Nación, el doctor Belisario Gache Pirán.
Diversas anécdotas de personalidades de aquellas épocas
nos permiten observar que se producían cambios en la sociedad
de Neuquén. Por ejemplo, la señora de Ramón,
profesora del establecimiento en aquel entonces comentó que
la confianza que había comenzado a depositarse en la escuela
llevó a muchos padres, cuyos hijos habían emigrado
para continuar sus estudios, a hacerlos retornar para inscribirlos
en la nueva institución.
En el año 1950 la escuela incorporó la cualidad que
la distingue hasta nuestros días. En homenaje al prócer
y por decreto Nº 17137 recibió su nombre definitivo:
«General José de San Martín». En esta
oportunidad, el número de estudiantes ascendía a trescientos
doce (ciento sesenta y cinco en el Anexo Bachillerato y ciento cuarenta
y siete en el Anexo Comercio) (2).
El Magisterio en la Escuela Nacional de Comercio
A diferencia de las conocidas escuelas normales que
funcionaron en distintas provincias del país, cuya creación
se debió a la necesidad de dotar de maestros preparados para
la escuela primaria en expansión, este magisterio surgió
como anexo a la Escuela de Comercio. También se diferenció
a partir de lo físico ya que, a diferencia de aquellas escuelas,
esta careció, en sus comienzos, de un espacio propio. Funcionó
en la calle Sarmiento y, en 1962, se trasladó a Belgrano
y Salta (hoy, Escuela 201), edificio que compartió el cuarto
y quinto curso de Magisterio con el Departamento de Aplicación
y Jardín de Infantes, creados en 1955.
Durante dieciocho años, desde 1952 hasta 1969, egresaron
maestros que provenían de todo el Alto Valle del Río
Negro y Neuquén. Su formación específica permitió
contar con maestras cuando se provincializó el Territorio
(1955-1957) y se organizó la educación a través
del organismo anterior al Consejo Provincial de Educación.
A partir de 1970 comenzó la «terciarización»
en la formación de maestros. En esta oportunidad, la Escuela
«General José de San Martín» inició
el profesorado desde 1971 hasta 1975. Su reapertura se produjo en
junio de 1987, dentro de un nuevo plan llamado Magisterio de Educación
Básica, en el marco de la «democratización interna
de las instituciones formadoras de maestros» (3).
El Bachiller con Orientación Docente y el Bachiller Pedagógico
se establecieron como modalidades del Nivel Medio y el Instituto
de Formación Docente comenzó a formar parte del Nivel
Superior no universitario.
El edificio propio
El constante incremento de la matrícula y la
carencia de un edificio verdaderamente adecuado para un buen desarrollo
de la actividad educativa hicieron explícita la necesidad
de un edificio propio. El constante reclamo de profesores, maestros,
estudiantes, padres, sumado al apoyo de las autoridades permitió
comenzar a dar respuesta a aquella necesidad. El 7 de octubre de
1964 y el 6 de julio de 1965 se firmaron los decretos provinciales
Nº 1901/64 y 1467/65, respectivamente, que determinaron que
se reservara a favor del Ministerio de Cultura y Educación
de la Nación la fracción de 7200 m2 ubicada en la
parte centro-sud de la chacra 133 perteneciente al Estado Provincial
(4).
Sin embargo, esta cesión del terreno fue la primera etapa
del proyecto ya que todavía quedaba pendiente la construcción
del edificio. En este segundo momento hay que destacar la labor
de la Asociación Cooperadora «Ayudemos a nuestros hijos»
cuyos integrantes se entrevistaron con el doctor Ricardo Balbín
con la finalidad de solicitarle su intervención ante las
autoridades nacionales para comenzar el edificio. Así también,
en otra oportunidad se dirigieron a través de una carta al
Ministro de Economía de la Nación, el doctor Juan
Carlos Pugliese, en la que describieron la inadecuada situación
en la que se llevaba a cabo la tarea escolar.
El miércoles 31 de enero de 1968 se firmó el convenio
con la provincia para la construcción del nuevo edificio.
Para ello, asistieron el doctor José Mariano Astigueta, secretario
de Cultura y Educación de la Nación y el subsecretario,
el doctor Juan Llerena Amadeo. El suscripto por la Nación
se había efectuado el 28 de diciembre del año anterior.
Y el prototipo que se empleó para su construcción
se denominó «Módulo 68». (5).
La inauguración del actual establecimiento se realizó
el 2 de junio de 1970. Contó con la presencia de autoridades
nacionales y provinciales. Entre las primeras se encontraban el
doctor Pérez Guilhou, Ministro de Cultura y Educación
de la Nación, el profesor Antonio Salonia, asesor del Ministerio;
los titulares del CONET y CONE, los doctores César García
y Luis Ricardo Silva y el Director Nacional de Enseñanza
Media, el doctor Reinaldo Oserín. Representando a la provincia
se hallaban el Gobernador, don Felipe Sapag, el Obispo Diocesano,
Jaime Francisco de Nevares, el Comandante de la VI Brigada de Infantería
de Montaña, General Florentino Vásquez Gori, ministros
y altos funcionarios provinciales. El 3 de agosto de ese mismo año
comenzaron las clases en el -aquel entonces- moderno establecimiento.
Desde sus comienzos, esta institución hoy cuenta con cincuenta
y cinco promociones de egresados y su matrícula asciende
a 1.087 estudiantes. Actualmente, las orientaciones son Bachiller,
Bachiller Pedagógico, Comercial y Comercial con Orientación
Contable-Impositiva.
Esta breve historia es un ejemplo paradigmático de los esfuerzos
de una comunidad por concretar el sueño de un derecho social:
la educación. Tanto la voluntad de los primeros pobladores
de estas tierras como el esfuerzo y sacrificio de los primeros docentes
nos muestran el interés por la creación de un bien
institucional que hoy se pretende postergar. La ley 1420 de Educación
Común cumplió un rol integrador en el modelo neo-colonial
y agroexportador del país y de los grupos hegemónicos
conservador-liberales. «Con ella se concretaron los ideales
de la Ilustración creados en Europa y asimilados por nuestra
clase política, que asumió la función de educar
al pueblo de manera sistemática desde escuelas públicas»
(6). Esta ley permitió la construcción
de un sistema educativo prestigioso y reconocido posteriormente
por su democratización e innovaciones pedagógicas
a nivel mundial, en cuyo marco se creó nuestra Escuela «General
José de San Martín».
(*) Docente del Departamento de Lengua y Literatura.
Fuentes
«Concluyen
las obras de una escuela nacional» en La Nación, sábado
21 de marzo de 1970.
«Celebra
sus Bodas de Plata la Escuela de Comercio de Neuquén»
en Río Negro, viernes 19 de abril de 1968.
Carolina
Valdés y Estela Sierra, Proyecto «Origen de la primera
escuela secundaria», Neuquén, 2000.
Diario La
Nueva Provincia, 2 de febrero de 1968.
Rosa Mateo
y Verónica Fallik, Proyecto «Docentes para el Nivel
primario, políticas, currículos y procesos de formación»,
Neuquén, 2000.
Archivos
de la escuela.
(1) Archivo de la escuela.
(2) Matrícula censal correspondiente al
año 1950. Archivo de la Escuela.
(3) Rosa Mateo y Verónica Fallik, Proyecto
«Docentes para el Nivel primario, políticas, currículos
y procesos de formación», Neuquén, 2000.
(4) Decretos Nº 1901/ 64 y 1467/ 65. Archivo
de la escuela.
(5) Diario La Nueva provincia, 2 de febrero de
1968. Archivo de la escuela.
(6) Carolina Valdés y Estela Sierra, Proyecto
«Origen de la primera escuela secundaria», Neuquén,
2000.
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