BUENOS AIRES.- Mientras
desde el mismo seno del Gobierno se admitió que en las elecciones
puede haber «tensión» ante un resultado ajustado
en la primera vuelta, el presidente Eduardo Duhalde encabezó
ayer una nueva descalificación masiva del oficialismo a las
sospechas de fraude sembradas desde sectores opositores al duhaldismo.
Duhalde, con notorio fastidio, reiteró sus ataques a los
candidatos presidenciales que «no cesan en los pronósticos
apocalíticos» respecto a las irregularidades que podrían
surgir en el proceso electoral, que comenzará el próximo
domingo 27 y desembocará en el traspaso del mando, el 25
de mayo.
El ministro del Interior, Jorge Matzkin, calificó de «temerarios»
a quienes expresaron sus dudas respecto a la transparencia en el
desarrollo de los comicios, entre ellos el candidato del Movimiento
Nacional y Popular, Adolfo Rodríguez Saá, y la postulante
del ARI, Elisa Carrió.
De todos modos, el mismo funcionario reconoció que, si en
la primera vuelta hay un resultado ajustado entre tres candidatos,
se va a plantear un cuadro de «tensión» si alguno
de los postulantes queda marginado del ballotage por escaso margen.
Pero Duhalde, que volvió a rotularse como el «garante»
de elecciones transparentes, no dejó margen para que surjan
«pronósticos apocalípticos», con los que
atacó a sus detractores pero, como ya es habitual en él,
evitó nombrarlos.
«Son los mismos que en marzo o abril del año pasado
decían que el gobierno iba a durar un mes, un mes y medio;
son los mismos que cuando Argentina estaba caída, en vez
de ayudar, hacían declaraciones que nos perjudicaban internacionalmente;
son los mismos que decían que no iba a haber elecciones;
son los mismos que, después de ir al Congreso para ratificar
la fecha de las elecciones, decían que la Justicia iba a
demorarla y que yo iba a ser candidato», recordó.
Rodríguez Saá deslizó sus sospechas sobre un
posible escenario fraudulento, desde el sistema informático
que implementará el Gobierno para las elecciones, y en connivencia
con el menemismo si el puntano llega a una segunda vuelta electoral
con el propio Menem o con el candidato oficialista, Néstor
Kirchner.
Y Carrió manifestó sus «dudas» respecto
al cumplimiento del traspaso de mando el 25 de mayo, tal como está
programado, si los comicios llegaran a definirse en un ballotage
que se realizará apenas una semana antes.
Mientras tanto, el Gobierno realizará hoy un simulacro del
escrutinio en el Correo Central, al que fueron invitados todos los
candidatos con sus apoderados y expertos en informática,
y el periodismo, para que constaten la eficiencia del método
de recuento de votos que se empleará y para que realicen
las sugerencias pertinentes.
Duhalde avizoró que el recuento tendrá una resolución
«muy rápida», por lo que anticipó que
«en 20 o 25 minutos tiene que estar escrutada cada una de
las urnas».
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