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En el choque de pesados,
el cipoleño Emiliano Rosales venció claramente
al neuquino Abel Morales. |
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Por LUIS AMAOLO |
NEUQUEN.- La contundente definición
de Ariel Martín sobre el roquense Iván Carrasco; la
inesperada caída de Néstor Catalán frente a
Alberto Lorca -en un fallo muy discutido-; el claro triunfo del
pesado cipoleño Emiliano Rosales ante Abel Morales y la entrega
de Diego Tripailao, quien superó al barilochense Armando
Juárez por puntos, en la mejor pelea de la noche, significaron
las notas salientes de la segunda jornada del torneo interprovincial
de boxeo amateur desarrollada en el Club Pacífico, bajo la
organización de la Federación provincial.
Los pibes debutantes y las chicas que protagonizaron el único
pleito femenino -la local Vanesa Toledo superó por un ajustado
3-2 a la centenariense Laura Weis- se brindaron por el espectáculo
y así la velada volvió a colmar las expectativas del
público, que otra vez copó el gimnasio más
pequeño de los decanos.
Lo mejor de la noche lo protagonizó el púgil de Plottier,
Ariel Martín, quien derrotó en el primer capítulo
a «Picurú» Carrasco por RSCH (referí suspende
el combate por golpe a la cabeza, según las reglas de la
AIBA). Para ser más claros: un tremendo nocaut técnico
que dejó desparramado al roquense en la lona, tras una seguidilla
de certeros golpes que le impidieron reaccionar.
Una de las sorpresas de la programación fue la caída
del «Bosterito» Catalán, quien era amplio favorito
en su choque con Lorca. El 5-0 a favor del representante de El Chañar
fue exagerado, ya que la pelea resultó sumamente pareja.
Es más, el capitalino -actual campeón provincial de
los superligeros- dominó el primero y último round;
mientras que Lorca marcó la diferencia en el segundo. De
todas maneras esa superioridad no fue tan evidente en la suma total
y Catalán pago caro su «desfachatez».
Mientras que el púpilo de Aribel Robinson, Diego Tripailao,
generó lo mejor de la noche ante el barilochense Armando
Juárez. Ambos ofrecieron un pleito de alta emotividad, desde
el inicio al final, con duros cruces. El pibe, que trajo hinchada
propia, se retiró llevado en andas por sus «fans».
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