NEUQUEN.- Con pies
de plomo y de manera sigilosa, la conducción de CALF se apresta
a poner en marcha un plan de reestructuración en la cooperativa
que, como primer paso, incluye la reducción de salarios en
los niveles gerenciales y de jefaturas de áreas.
El objetivo es comenzar a reducir gradualmente la masa salarial
que representa un tercio de los costos de la cooperativa. De acuerdo
a los números del balance que cerró el pasado 30 de
junio, durante el último año se destinaron al pago
de sueldos de 386 agentes en relación de dependencia, 10.091.525,13
pesos.
La necesidad de acelerar la implementación del plan surgió
a partir del aumento en los costos de CALF. Desde setiembre de 2002
la facturación por la compra de energía se incrementó
en 400 mil pesos mensuales y, hasta el momento, este aumento no
se ha trasladado al usuario.
Además el nivel de morosidad muestra una tendencia a la suba.
Históricamente rondaba el 7%, durante el último año
se ubicó cerca del 17% y las autoridades estiman que ahora
ese porcentaje sigue en alza. Ahora la necesidad es equilibrar las
cuentas.
El cuadro de situación derivó en que, al inicio del
nuevo mandato, el Consejo de Administración aprobara la implementación
de la primera de tres etapas sugeridas por el estudio que realizó
una consultora cordobesa. Los asesores efectuaron un minucioso análisis
de cada una de las secciones de la cooperativa y recomendaron una
reestructuración gradual de CALF. Las conclusiones que elevó
la consultora se guardan hoy como un tesoro bajo siete llaves.
Según trascendió, la reestructuración ya se
puso en marcha bajando los sueldos de los gerentes y jefes de áreas
con podas que rondarían el 13%. A modo de ejemplo, las fuentes
señalaron que los gerentes pasarían a cobrar 3.200
pesos contra los 3.700 que percibían anteriormente. Los jefes
de áreas habrían pasado de 3 mil a 2.500 pesos. Las
razones del ajuste fueron explicadas en una reunión que la
máxima conducción de CALF mantuvo con el personal
que ocupa cargos jerárquicos y que, por lo tanto, no están
incluidos en los convenios colectivos de trabajo.
Los consejeros decidieron avanzar llevando bajo el brazo los números
que muestran que durante el primer año de gestión
el Consejo de Administración redujo sus gastos en casi 2
millones de pesos. «La conducción ha dado una muestra
de austeridad y todos tendremos que hacer un esfuerzo por el bien
de la cooperativa porque estamos en el mismo barco», dijeron
las fuentes consultadas, dejando en claro que «la intención
es comenzar con los cargos directivos y después sentarnos
a ver si se avanza en alguna alternativa con el gremio».
Las autoridades de CALF temen que de no implementar la reestructuración,
la cooperativa no pueda seguir absorbiendo el aumento de los costos
de la energía sin trasladarlo a los usuarios y teniendo que
subsidiar además la tarifa social que beneficia a los Jefes
de Hogar y a los ancianos de bajos recursos.
Según se supo, las conversaciones con el gremio siguen estancadas.
El último pedido que recibieron el Sindicato de Luz y Fuerza
y la Federación fue analizar la posibilidad de reducir el
porcentaje de los aportes que le corresponden pero el sector sindical
habría echo oidos sordos.
Otro de los objetivos de la conducción encabezada por Alfonso
Carro para esta etapa de la gestión, era la puesta en marcha
de los retiros voluntarios de los empleados pero para ello se necesita
contar con recursos que permitan hacer frente a las indemnizaciones,
por lo que hasta el momento la iniciativa permanece stand by.
Demora en licitar
Con los últimos días del año pasado se esfumó
cualquier posibilidad que el municipio capitalino realice ya no
en el corto sino en el mediano plazo el llamado a licitación
del servicio eléctrico, tal como lo ordenó la Corte
Suprema de Justicia.
El Ejecutivo ya tiene en su poder el proyecto de marco regulatorio
pero las trabas que surgieron en el tratamiento de diferentes temas
que debían contar con la venia del Deliberante -especialmente
la autorización del crédito para la construcción
de la terminal de ómnibus- hicieron que desista de sumar
un nuevo frente de conflicto.
Ahora la pausa estará dada por el proceso electoral aunque
seguramente el tema será uno de los puntos que inevitablemente
surgirán en la campaña. La demora hace que en CALF
respiren aliviados, convencidos que tendrán más tiempo
para posicionar a la cooperativa y acrecentando sus chances de quedarse
con el servicio. Lo preocupante sigue siendo la debilidad legal
del vínculo entre el municipio y CALF y el riesgo que se
corre de que cualquier persona que se sienta afectada por la falta
de licitación recurra a la Justicia que ya falló en
contra de la adjudicación directa.
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