No a la unión gay Sr. Director:
Recientemente la Legislatura de la ciudad de Buenos
Aires aprobó la ley de unión civil que beneficia a
las parejas de igual sexo.
Al respecto, quienes practicamos la religión católica,
tenemos bien presentes las palabras de Juan Pablo II en su mensaje
con motivo del Año Internacional de la Familia, el 22 de
febrero de 1994 quien dijo: «El matrimonio, que apunta a la
institución familiar, es una alianza por la cual un hombre
y una mujer establecen entre ellos una asociación para toda
su vida...» «Una unión de este tipo es la única
que puede ser reconocida y ratificada como un matrimonio por la
sociedad. Otras uniones interpersonales que no cumplen con estos
requisitos no pueden ser reconocidas, pese a determinadas tendencias
en aumento que representan una grave amenaza al futuro de la familia
y de la sociedad misma». Sostuvo, además, que la Iglesia
protegerá la maternidad y la paternidad «de los puntos
de vista y tendencias erróneos que son divulgados en la actualidad».
Cabe señalar (...) que sólo un varón y una
mujer son capaces de crear auténticos vínculos familiares.
Todo otro tipo de relaciones sexuales, por más estables que
pretendan ser, carecen de interés y valor social. Cualquier
otra relación sexual y afectiva que carezca de la nota esencial
de la heterosexualidad es naturalmente incapaz de fundar lazos familiares
propiamente como tales. Y por lo tanto son naturalmente antijurídicas.
Quienes deciden libremente comprometerse afectivamente en relaciones
incapaces de crear vínculos familiares deben asumir esa decisión
en toda su radicalidad. Y, por lo tanto, asumir que esas relaciones
tienen un interés únicamente personal, que debe ser
respetado, pero que carece de toda relevancia social.
JOAQUIN BERTRAN - LE. 5.433.822
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