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Los concejales aprobaron
en octubre una ordenanza que limita el horario de los boliches
y los obliga a cerrar a las 6. Los locales de mayor convocatoria
de la capital se niegan a cumplir con la norma y se presentaron
dos recursos de amparo en la Justicia. |
NEUQUEN.- En la capital neuquina cumplir una ordenanza
se ha convertido en la excepción a la regla. Durante los
últimos días el caso que alcanzó mayor notoriedad
fue la resistencia de los propietarios de boliches a cerrar las
puertas de sus locales a las 6, pero en realidad este es sólo
un botón de muestra.
Las ordenanzas se apilan una tras otra, se aprueban en determinadas
coyunturas donde no está ausente el componente político
y terminan olvidadas en algún cajón de la insufrible
burocracia municipal. Lo que una funcionaria del Poder Judicial
definió como «inflación legislativa»,
cuando el MPN presentó un proyecto para regular el funcionamiento
de los cibercafé y limitar el acceso a Internet. Políticamente,
la propuesta murió antes de nacer.
Los ejemplos son muchos pero basta mencionar algunos casos para
darse cuenta que para el municipio se ha convertido en una misión
imposible velar por el cumplimiento de cada una de las ordenanzas
que -justamente- intentan ordenar la vida de los capitalinos. A
veces es por falta de voluntad política, otra por la limitación
o falta de recursos para ejercer las tareas de fiscalización.
En la Comuna hay cerca de 150 inspectores en todas las áreas
donde el gobierno municipal tiene el poder de Policía. Los
sectores más críticos son Comercio (hay 22 inspectores
que cumplen turnos rotativos), Tránsito (40 agentes a los
que se les deben pagar horas extras para hacer controles durante
los fines de semana) y Transporte (13 inspectores en las mismas
condiciones que los de Tránsito).
Boliches: es la polémica en boga. En octubre
los concejales sancionaron la ordenanza 9602 que obliga a los boliches
a dejar de funcionar a las 6 de la mañana como una medida
tendiente a mejorar la seguridad de la ciudad en horas nocturnas.
Los propietarios de los locales de mayor convocatoria presentaron
sendos amparos en la Justicia y se niegan a acatar la norma. El
municipio anticipó que seguirá infraccionando aunque
admitió que no se aplicarán clausuras preventivas
sin que lo ordene el Tribunal de Faltas (ver aparte).
En forma paralela se aprobó otra norma que exige a los locales
(boliches y confiterías) eliminar la venta de bebidas en
vasos o botellas de vidrio; a contar con un gabinete de enfermería,
contratar una ambulancia e instalar un teléfono público.
Antes ya existía otra que muy pocos cumplían y que
ordenaba la instalación de detectores de metal.
Bebidas alcohólicas: la ordenanza 8316 del año
’98 prohibe la venta de bebidas alcohólicas después
de las 23 y deja sentado que no está permitido el expendio
a menores de 18 años en ningún horario. El incumplimiento
de esta norma es una de las denuncias que con mayor asiduidad se
reciben en Comercio. También se reciben quejas -en su mayoría
anónimas- en la Defensoría del Pueblo. Una simple
recorrida por los comercios y despensas de los barrios y del centro
permite comprobar que la legislación está lejos de
respetarse. Incluso las bebidas se comercializan en casas particulares
sin licencia comercial y hasta en los lugares más concurridos
hasta en el baúl de los automóviles.
Vendedores ambulantes: también por ordenanza
está prohibida la venta ambulante. Cualquiera que camine
por calle Sarmiento, Alcorta, Avenida Argentina u Olascoaga puede
comprobar en persona que esto no se cumple. Desde gestiones anteriores
-y la actual también- el municipio fracasó en su intento
por agrupar a los ambulantes en las ferias ubicadas en zonas desfavorables
desde el punto de vista comercial. El último intento de desalojo
se remonta al 2001.
Lavadores de coches: una vieja norma de la década
del ’80 prohíbe la actividad de los lavacoches. Actualmente
existen cerca de 500 personas que se viven de este trabajo. Algunos
-apenas una pequeña minoría- serán incorporados
al sistema de estacionamiento medido para la explotación
de las playas y dársenas del Parque Central.
Colectivos interurbanos: con la autorización de
los concejales, el intendente Horacio Quiroga intentó podar
al máximo el recorrido de los colectivos interurbanos que
representan una competencia desleal para Indalo. Las empresas fueron
a la Justicia y les dieron la razón. Sin embargo, el municipio
debe controlar que el transporte que realizan sea verdaderamente
interubano, es decir que no levanten pasaje dentro del ejido urbano,
salvo en la terminal. Los controles no se cumplen y a partir de
esta situación Indalo se apresta a realizar un millonario
reclamo en compensación por el perjuicio que esta competencia
le provoca.
Pirotecnia: en el 2001 los concejales a través de
la ordenanza 9310 limitaron el tiempo de comercialización
de los artículos pirotécnicos. Los mayoristas pueden
vender a partir del 10 de diciembre y los minoristas a partir del
15. Además, se prohíbe la venta a menores de 16 años.
Este año los inspectores secuestraron poco más de
cien kilos de pirotecnia que se vendía en locales no habilitados
y que no cumplían con los requisitos exigidos en materia
de seguridad.
Pintadas políticas: los paredones céntricos
y de los barrios sufren las campañas electorales a pesar
que en el 2001 se sancionó una ordenanza que las prohibe.
Tampoco están permitidos los pasacalles. En la última
interna del MPN el municipio sacó a relucir la ordenanza
pero no tuvo eco. Las brigadas de pintores emepenistas dejaron su
marca en toda la ciudad. El intendente Quiroga con pincel en mano
salió a blanquear paredones pero por otro lado sus seguidores
también recurrieron a las pintadas para promocionar su reelección.
Seguridad satelital:a partir del reclamo de los
choferes, los concejales aprobaron en el 2001 la ordenanza que obliga
a la instalación del sistema de seguimiento satelital en
los taxis. Sería el primer caso en el país pero la
norma nunca se cumplió. Actualmente todavía no se
define el contenido del decreto reglamentario y el aumento del equipamiento
(cotiza a precio dólar) se transformó en otra contra
al momento de implementar el dispositivo.
Antenas de empresas celulares: concitaron
la atención de cientos de neuquinos desde el mismo momento
en que se levantaron, alterando el paisaje de la ciudad. Intervino
la defensora del Pueblo quien -a través de la resolución
604/2002- recomendó a las subsecretarías de Gestión
Ambiental y Gestión Urbana que hicieran cumplir la ordenanza
9074/01 y el decreto 2022/01. Estas normas, se refieren a la regularización
de las instalaciones, construcciones, infraestructuras y equipos
para la prestación de servicios de telecomunicaciones y telefonía
inalámbrica.
A pesar de que las empresas propietarias de 6 de las 20 antenas
que existen en esta capital cumplieron con el pedido de la municipalidad,
hubo alguna que aprovechó la aparición de una resolución
de la comisión nacional de comunicaciones y aún no
hizo las mediciones requeridas. El texto de la resolución
exime, en determinadas condiciones, de hacer tales mediciones. Como
eso se contrapone a la legislación municipal, los asesores
legales de la Comuna están analizando el tema para saber
cómo actuar.
Muchas oficinas y pocos inspectores
NEUQUEN.- Los controles que deben efectuar distintos
organismos estatales para verificar que se respeten ciertas medidas
que hacen a la seguridad del transporte público de pasajeros
se ven afectados por la escasez de personal. El área provincial
que se dedica a este tema, dispone de apenas 4 inspectores para
vigilar lo que ocurre en toda la provincia y a nivel nacional hay
una oficina que cumple funciones administrativas, más que
de inspección, ya que debería atender a buena parte
de toda la Patagonia con tan sólo un par de personas.
Muchos funcionarios ensayan explicaciones o buscan firmar convenios
de cooperación con otras instituciones para evitar las críticas
que surgen de la población y que están asociadas,
generalmente, a algún un accidente de consideración.
En el caso particular de los controles que se realizan en la terminal
de Neuquén, es la municipalidad la encargada de efectuarlos
constantemente porque esa estación le pertenece. Pero eso
no quita que se realicen operativos allí o en otros puntos
de la provincia con la intervención de inspectores que no
sean sólo comunales.
Aquí existe, por ejemplo, una delegación de la Comisión
Nacional de Transporte. Se trata de la Regional Neuquén que
«atiende con un par de personas no sólo a esta provincia
si no a otras de la Patagonia», según confiaron fuentes
de la institución a nivel nacional. A la CNT le compete fiscalizar
todo lo referido al transporte, desde el estado del vehículo
hasta la documentación del chofer.
Algo similar ocurre con la dirección provincial de Transporte,
que dispone de cuatro inspectores para atender la demanda de toda
la provincia. Como en época de vacaciones esa demanda es
mayor, la solución momentánea que han encontrado los
funcionarios del área es suscribir convenios con municipios
para que los inspectores comunales controlen también al transporte
fuera del ejido de la ciudad.
Gendarmería suple, en parte, la falta de controles de las
dos áreas estatales antes citadas. Pero no es esa la única
tarea que debe cumplir. Basta citar, como dato, que en apenas diez
días -para las fiestas-, también le tocó recibir
a los más de 15 mil turistas chilenos que ingresaron al país
por los pasos internacionales ubicados a lo largo de la cordillera
neuquina.
Otra de las áreas públicas que debe hacer cumplir
la legislación vinculada a la seguridad del transporte de
pasajeros, en lo que respecta al plano laboral, es la subsecretaría
de Trabajo. El director provincial de ese área, Ernesto Seguel,
explicó que los controles se hacen en la medida de las posibilidades
pues existen otras actividades que deben ser controladas por el
mismo organismo en esta época del año, como es el
caso de la fruticultura. «Los controles (a los ómnibus
de larga distancia que vienen a la capital provincial) se efectúan
en cabecera porque Neuquén es una ciudad de paso, aún
no es un destino turístico», dijo a modo de explicación.
Seguirán infraccionando a los boliches
NEUQUEN.- Aunque evitando responder a
la embestida de los concejales, el subsecretario de Desarrollo Económico,
Alejandro Vidal (de quien depende la dirección General de
Comercio), aseguró que el municipio seguirá infraccionando
a los locales nocturnos que no respeten la ordenanza que los obliga
a cerrar a las 6 de la mañana.
De todas formas aclaró que no se llegará a aplicar
clausuras preventivas sin que lo ordene el Tribunal de Faltas. «El
Ejecutivo instrumenta una clausura preventiva cuando el local no
tiene licencia comercial o cuando no cumplen con los requisitos
de seguridad que haga poner en peligro a los asistentes pero este
no es el caso», dijo el funcionario, aclarando que «si
no hay una causa debidamente justificada hasta puede ocasionar un
perjuicio al municipio».
La falta de cumplimiento de la ordenanza 9602 motivó duras
críticas al municipio. Por no respetar el horario de cierre
los inspectores infraccionaron a dos de los boliches de mayor convocatoria
y ahora la decisión está en manos del Tribunal de
Faltas. Igualmente los empresarios presentaron un recurso de amparo
y esperan el fallo de la Justicia, después de la feria de
enero. «Vamos a cumplir con nuestra función, vamos
a infraccionar y a intimar a los boliches para que se respete el
horario», dijo Vidal, dejando en claro que «yo no puedo
opinar de una ordenanza, tengo que hacerla cumplir».
Los locales instalados en la zona de Río Grande también
se han convertido en un serio dolor de cabeza para los responsables
de Comercio. Muchos de ellos ni siquiera tienen la habilitación
y hasta funcionan como locales bailables motivando el reclamo de
los vecinos de ese sector.
Esto motivó que los inspectores del área trabajen
junto con los de Calidad Ambiental por las denuncias de ruidos molestos.
«Nosotros actuamos en forma preventiva, no somos una fuerza
de choque», sentenció Vidal. Además señaló
que -a contramano de lo que ocurre con el límite horario-
los locales están cumpliendo en forma gradual con la eliminación
de la comercialización de bebidas en vasos y botellas de
vidrio.
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