AÑELO.- La mortandad
de animales a causa del frío, la escasez de pasturas durante
el invierno y los abortos espontáneos atribuidos a los lazos
de consanguinidad de los reproductores hicieron de éste un
año «mediocre» para los crianceros del departamento
Añelo. Sin embargo, cuando creían que les quedaba
sólo la resignación, accedieron a una línea
de créditos blandos otorgada por provincia. Se trata de los
préstamos PROSUB, que ofrecen 2.500 pesos y son devueltos
en animales para los comedores comunitarios o escolares.
Algunos crianceros como Patricio Amigo, de Los Chihuidos, vieron
morir al 20 por ciento de las crías, es decir, el equivalente
a la ganancia anual. Sin el título de propiedad de la tierra
que habitan desde hace décadas ni bienes para ofrecer como
garantía a los órganos financieros tradicionales,
estuvieron a punto de perder -una vez más- todo un año
de esfuerzos y sacrificios.
La línea de créditos blandos diseñada por provincia
incluye también los préstamos PRODECOR, que ofrecen
6.000 pesos a pagar tras 18 meses de gracia y a un interés
anual del 2 por ciento, previa presentación de un codeudor
solidario que acredite percibir un sueldo mínimo de $400.
Para el caso particular de los beneficiarios del PROSUB, como aspira
a ser Juan Sánchez, un puestero que posee junto a su familia
800 animales, «el reintegro del crédito no se hace
en efectivo si no en animales que son repartidos entre instituciones
intermedias como comedores municipales o escolares», explicó
Ronaldo López, titular de la agencia de producción
Añelo.
López informó que a través de estos préstamos
-que están disponibles para toda la provincia- «se
promueve la diversificación productiva y el mejoramiento
de las razas». Al respecto indicó que la mayoría
de los 14 créditos otorgados en su área de influencia
se destinará a la adquisición de reproductores para
evitar los abortos y las malformaciones atribuidas a la consanguinidad
de los machos y las hembras de un mismo rebaño.
Quizás por una cuestión cultural, los puesteros de
esta región no están habituados a intercambiar reproductores
con sus vecinos. Por esta razón, algunas chivas que año
tras año se suman al plantel de vientres pierden la cría
a causa de los lazos de sangre que las unen al macho reproductor.
Hasta ahora, la raza Anglonubeann concitó la atención
de los crianceros interesados en mejorar su rebaño pues tiene
un buen rendimiento en carne y es buena proveedora de leche. Animales
de esta raza se pueden adquirir en las cabañas de reproductores
que tiene la provincia en Mamuil Malal y Paso Aguerre, pero los
beneficiarios de los préstamos tienen libertad de adquirirlos
donde más les convenga.
Otros beneficiarios de los préstamos, como José Faustino
Rojas y su esposa, Mabel Beccaría, han decidido invertir
el dinero que les dio la provincia en el cultivo de alfalfa. Pretenden
asegurar la pastura en invierno no sólo para los animales
propios si no los ajenos mediante la venta de fardos excedentes.
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