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BEIJING.- El cuarto ensayo espacial de China antes
de una misión tripulada terminó el domingo cuando
un cohete sin tripulación aterrizó con éxito
en tierra tras permanecer casi una semana en órbita, haciendo
que los chinos se acerquen más a la posibilidad de mandar
gente al espacio.
Oficiales y científicos chinos habían dicho que una
misión exitosas del Shenzhou IV (que significa ‘nave
divina’) podría ser la última prueba previa
a un intento de China de convertirse en la tercera nación
en mandar personas al espacio.
«El cohete sin tripulación chino Shenzhou IV, lanzado
hace seis días, volvió a la Tierra en la tarde del
domingo como estaba previsto», dijo la agencia estatal de
noticias Xinhua, citando fuentes oficiales.
Como sus tres predecesores, el cohete aterrizó en la región
central de Mongolia Interior, informó Xinhua. Pero no dio
más detalles.
Lanzada al espacio el pasado lunes, desde la provincia del noroeste
del país de Gansu, la cápsula espacial estaba probando
los sistemas de soporte de vida que podrían hacer que al
menos un astronauta chino viaje en ella, cuando una nueva misión
del Shenzhou tenga lugar a finales de este año.
«Con los datos de seguimiento se puede ver que varios objetivos
necesarios para una posible tripulación, como la presión
en la cabina y la composición del aire, eran normales»,
publicó el Youth Daily de Beijing citando las palabras de
un reconocido ingeniero a principios de la semana pasada.
Mandar un ‘taikonauta’ (palabra formada por el vocablo
chino para denominar espacio y ‘nauta) al espacio es una cuestión
de prestigio nacional para China, que quiere hacerse un lugar entre
las grandes potencias mundiales.
La Unión Soviética fue el primer país en poner
un hombre en órbita cuando Yuri Gagarín, en una cápsula
individual, estuvo dando vueltas alrededor de la Tierra en 1961.
Un año después, John Glenn se convirtió en
el primer estadounidense en realizar una órbita alrededor
de la Tierra.
«Si tiene éxito, los experimentos marcarán un
antes y un después en los estudios aeroespaciales del país»,
dijo el diario de habla inglesa, China Daily, citando las palabras
de Gu Yidong, jefe de diseño de los sistemas experimentales
espaciales.
El primer Shenzhou despegó en 1999 y marcó el comienzo
de la última fase antes de llevar a cabo un programa de viajes
tripulados de China, todavía cubierto por un secreto al estilo
militar.
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