CINCO SALTOS.- Internado
en el hospital local se encontraba ayer Pablo Guzmán, de
25 años, quien la madrugada del 1 de enero fue detenido y
golpeado presuntamente por efectivos de la comisaría local.
El joven, durante la paliza, perdió el conocimiento y los
dolores por el cuello cabelludo partido, la cara hinchada y los
hematomas en diversas partes del cuerpo y las extremidades, lo tenían
ayer a mal traer. Además de ser golpeado, la víctima
de los presuntos apremios fue literalmente bañada con orina
humana, según relató a este diario.
Como ya adelantó este diario, los acontecimientos se desencadenaron
en el barrio San Martín a poco de empezar el primer día
del año. Guzmán, que festejaba como todo el mundo,
tuvo una disputa con un conocido que «insultó a mi
novia», de nombre Ana, de 22 años. En la discusión,
llevó las de perder, ya que el otro, antes de huir hacia
su casa, le propinó un puñetazo en la boca y le produjo
un corte en un labio.
La policía se enteró de la pelea y arribó al
lugar en forma inmediata. Pablo y su novia coincidieron en decir
que los efectivos llegaron efectuando tiros, de lo que habrían
sido testigos vecinos que escucharon las detonaciones.
La golpiza se tornó tan brava que, en cierto momento, Pablo
perdió el conocimiento. En ese estado fue trasladado a una
celda, en la que permaneció solo. Horas más tarde,
todavía de madrugada, fue llevado al hospital, donde fue
atendido en la guardia. En la revisión, se comprobó
que tenía lesiones pero el joven fue devuelto a la unidad
policial, donde permaneció hasta pasado el mediodía
de ese 1 de enero que para él, un día que en lugar
de ser de festejos, se transformó en una jornada de calvario.
En sendos certíficados médicos expedidos por Humbero
Marandino y Elsa González se constatan las lesiones sufridas
por Guzmán. Politraumatismos, múltiples hematomas
en el tórax, los dos brazos, la cara, glúteos y una
herida cortante en el cuero cabelludo fueron el resultado de esta
sesión de presuntos apremios ilegales. Además de todo
esto, el muchacho fue rociado con orina. «La ropa la guardamos
como estaba, pasada de orina», indicó su novia, que
ayer lo acompañaba en el hospital.
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