Por Laura E. Rotundo
«El joven tiene que tomar ciertas decisiones y elecciones
de vida (como elegir pareja, carrera o trabajo) y esto puede angustiarlo»,
indicó.
Los trastornos psicológicos en niños y adolescentes
son cada vez más comunes. Desde hace ya algunos años,
las crisis de ansiedad (o ataques de pánico), la depresión,
las manías, la timidez, la agresividad y las obsesiones se
manifiestan con mayor frecuencia en los consultorios de los especialistas.
Bárbara Seijas Ibáñez es psicóloga (Mat.
Nac. Nº 41518) y en diálogo con La Mañana de Neuquén
señaló cuáles son los comportamientos a los que
los padres deben prestar atención y qué factores sociales
inciden directamente sobre las problemáticas mencionadas anteriormente.
El porcentaje de adolescentes que presentan distintos tipos
de trastornos, según reflejan las estadísticas, es relativamente
alto. Como profesional de la Psicología, ¿cuáles
son los que más se manifiestan?
Hoy en día los adolescentes llegan al consultorio, atravesando
diferentes padecimientos. Los trastornos más recurrentes
están relacionados con síntomas afectivos (miedos, pánico,
fobias, angustia, ansiedad, depresión) y síntomas relacionales
(como crisis emotivas, problemas con los padres, con hermanos y amigos,
de pareja).
También son frecuentes las consultas por adicciones (como
el alcoholismo o la drogadicción) y trastornos en la alimentación
(ya sea bulimia, anorexia, obesidad o problemáticas del esquema
corporal relacionados con el peso).
¿Cuáles son las causas de dichos trastornos? ¿En
qué temperamentos se manifiestan mayormente?
Si bien los modelos sociales y las publicidades influyen sobre los
trastornos que padecen los adolescentes, lo hacen siempre en menor
medida.
El origen de la enfermedad hay que hallarlo en el seno de la familia.
Se debe ahondar en la vida particular de ese individuo, en su historia,
en la de sus padres.
Particularmente en la adolescencia, el joven tiene que tomar ciertas
decisiones y elecciones de vida (como elegir pareja, carrera o trabajo)
y esto puede angustiarlo y provocarle una crisis que desencadene
los diferentes trastornos anteriormente nombrados.
¿Qué fallas observa actualmente de parte de
los padres, en cuanto a la contención que les brindan a sus
hijos?
Sin dudas, es sumamente importante en la adolescencia contar con figuras
“parentales” contenedoras y presentes, con las cuales
se pueda mantener una comunicación abierta y sincera.
Hoy en día, el diálogo entre padres y adolescentes no
es el ideal. La falta de tiempo para escuchar y entablar una conversación,
la falta de respeto expresada a través de los gritos, los insultos,
el maltrato y el abuso del “no”, conducen a fallas en
el diálogo.
Así, esta mala comunicación se presenta como factor
de riesgo para el desencadenamiento de los diferentes padecimientos
que manifiestan los adolescentes en la consulta psicológica.
Es decir que el diálogo entre padres e hijos es fundamental…
Exacto, y sobre todo en la adolescencia.
Para los padres es un trabajo difícil, porque justamente los
adolescentes se resisten a discutir cuestiones personales con ellos,
y se muestran distantes. Seguramente preferirán pedir consejos
a sus amigos, por el importante papel que ocupan éstos
en sus vidas.
Sin embargo, serán los padres quienes deberán tratar
de incentivar diferentes medios de comunicación, demostrarles
que se preocupan, que los entienden y están allí para
lo que necesiten y cuando ellos lo decidan.
¿Influye de algún modo la posición socioeconómica
en los problemas que genera pertenecer a la clase alta o baja de la
sociedad, respectivamente?
No hay algún factor socioeconómico que directamente
desencadene algún tipo de trastorno. Como dije anteriormente,
siempre hay que analizar cada caso y la historia particular de ese
sujeto.
¿Qué rol juegan los “amigos” en
que se alcance la solución de estos conflictos?
El grupo de pares en la adolescencia juega un papel sumamente importante,
ya que prestan al adolescente un apoyo creciente, le brindan un marco
de contención, reforzando de este modo su sentimiento de seguridad
y prestigio.
Desde su punto de vista, ¿cuál es el papel que
debe ocupar la escuela en que se ayude al niño o adolescente
que tiene un problema?
La escuela debería intervenir como mediadora en el diálogo
entre el adolescente y su familia; y alertar a los padres cuando el
establecimiento educativo detecte cambios significativos en el
comportamiento de los alumnos.
Desde hace ya algún tiempo, se habla de dos nuevas
“tribus urbanas”, entre los adolescentes: emos y floggers.
¿De qué se trata esto? ¿Alguno de sus comportamientos
contribuyen a generar alguna de las problemáticas citadas?
Básicamente son agrupaciones juveniles que se identifican entre
ellos por la vestimenta, los códigos verbales, gestuales y
éticos.
A través de su inclusión a estos grupos, los adolescentes
logran encontrar un “sentido de pertenencia”.
Es cierto… los factores sociales pueden de alguna manera incidir
sobre la salud de un individuo, pero siempre en menor medida. La causa
de los trastornos que padecen los adolescentes siempre debe buscarse
en las circunstancias familiares.
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