Por Ramiro Morales
Para unos, una sorpresa. Para otros, no tanto. Lo cierto es que el
voto negativo al proyecto K sobre las retenciones móviles del
representante del Movimiento Popular Neuquino en el Senado, Horacio
Lores, dejó mucha tela para cortar.
Basado en el argumento de que no apoyaría una propuesta “a
libro cerrado” y en la necesidad de que exista un real federalismo
de concertación, Lores resolvió no acompañar
la iniciativa kirchnerista, aunque aclaró que eso no significaba
que sea opositor al Gobierno nacional.
Una postura bastante similar a la que tuvo el gran actor de la histórica
madrugada del jueves, el vicepresidente Julio Cobos, quien inclinó
la balanza a favor del «no» a las retenciones móviles.
La decisión de Lores tiene su correlato en uno de los principales
preceptos que pregona el gobernador Jorge Sapag que es ese federalismo
de concertación.
Quienes creían que las buenas relaciones entre el Ejecutivo
central y el provincial condicionarían la elección del
senador neuquino, se equivocaron.
La falta de consensos y esta idea que se generó desde el oficialismo
de que el proyecto debía ser aprobado tal cual estaba planteado
sin abrir el juego de la discusión fueron elementos determinantes
que llevaron a definir el voto de Lores.
La realidad es que gracias a este rechazo el Congreso recuperó
algo de prestigio, tan vapuleado en la actualidad, y en cierta forma
descomprimió el país tras 125 días de conflicto
entre Nación y el campo.
“Un triunfo de la democracia” fue una de las frases recurrentes
que se escuchó en los pasillos parlamentarios.
Al igual que en la previa del debate en Diputados, es un hecho para
destacar la libertad de acción que dio Sapag a los representantes
neuquinos de su partido. Pero este ideario se contrapone con el instinto
profundamente pragmático que ha caracterizado históricamente
al MPN.
Y la inmediata pregunta que se genera es ¿cómo afectará
a Neuquén esta decisión de Lores? ¿Se modificará
este esquema de trabajo en conjunto que le posibilitó a la
Provincia obtener la llegada de programas nacionales y financiamiento
a partir de esta gestión de Gobierno? ¿Se frenarán
algunas de las obras trascendentales que necesitan sí o sí
el aval de la Nación?
El tiempo develará estas incógnitas.
Por lo pronto, el propio Sapag se encargó de asegurar que no
habrá cambios en su política hacia Nación y que
no debería haber tampoco otro tipo de actitud desde el Ejecutivo
central hacia Neuquén. Será importante para el desarrollo
provincial que esto sea así.
En cuanto al voto de los otros dos representantes neuquinos en el
Senado, Nanci Parrilli y Marcelo Fuentes, del Frente para la Victoria,
no hubo ninguna sorpresa ya que ambos se inclinaron por el proyecto
K a libro cerrado. Una postura esperable ya que son dos dirigentes
que responden directamente a la Presidencia de la Nación.
A partir del apasionante desenlace del debate en Senadores, el vicepresidente
Cobos aumentó su capital político y le abrió
un panorama alentador de cara a la proyección de su figura
en la carrera presidencial hacia el 2011.
Habrá que esperar si este potencial puede ser aprovechado por
él y por alguno de sus referentes políticos más
cercanos, tal es el caso del neuquino Horacio «Pechi»
Quiroga, quien ya ha manifestado en reiteradas ocasiones que pretende
ir por la gobernación en las próximas elecciones.
¿Será lo suficientemente hábil Quiroga para aprovechar
esta situación? Dependerá si la buena imagen de Cobos
sigue en aumento. Lo cierto es que no deja de ser un contexto expectante
para el ex candidato a gobernador.
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