Por ALFREDO CELANI
Hay una frase que parece ser todo un manual en el derrotero de Pablo
Verani que señala que “en política, yo nunca obedezco
ni desobedezco; hago lo que pienso, sobre todo a esta altura de mi
vida”.
Quizá a partir de ahí comience a ser entendida la pulseada
que se ha planteado entre el senador y Miguel Saiz, en el afán
del gobernador por convencerlo para que cuando llegue el instante
de la crucial votación en el Senado por el tema de las retenciones
móviles, Verani acompañe el proyecto del gobierno nacional,
lo que equivaldría a estar en línea con la estrategia
-nada nueva por cierto- que el mandatario impulsa desde hace tiempo
y que se simboliza en la llamada Concertación.
No ha sido sólo Saiz el único que ha hablado con el
único senador radical rionegrino. Hasta la presidenta Cristina
Kirchner lo llamó para exhortarlo para contar con su respaldo
a la hora de decidirse desde la banca senatorial.
Pero Verani… es Verani. Y como lo exteriorizó a los cuatro
vientos, el caudillo del radicalismo provincial ha dado sobradas muestras
de no ser de esos dirigentes dóciles a los que se los puede
o convencer o manejar con facilidad. Tampoco debe olvidarse que reniega
de que lo traten como un “radical K” más.
Pero claro, el hoy es senador. Y se sabe que los componentes de la
Cámara Alta están allí para representar y defender
los intereses de su provincia, lo que en alguna medida los diferencia
de los diputados. De allí entonces los cuasi ruegos de Saiz
para disuadirlo de un voto en contra del proyecto oficialista. Es
que en la mesa chica del gobierno provincial se intuye que eso no
sería una buena señal al poder central, habida cuenta
de la necesidad de mantener o acentuar la fluidez en las relaciones
institucionales y no sólo por las estrategias futuras de la
gestión Saiz, sino porque no se olvida que hace poco más
de un año cierta prescindencia de Kirchner en el escenario
electoral rionegrino se convirtió en una “ayudita”
para que no hubiera cambio de signo político en la administración
provincial. Y las cuentas están para saldarse.
¿Y qué puede pasar con Verani al momento de la votación?
El rionegrino presentó un proyecto sobre retenciones donde
si bien ratifica la Resolución 125, fija una escala de retenciones
diferenciadas para los productores de soja de hasta dos mil toneladas.
El proyecto del oficialismo había llegado hasta las 1.500 toneladas,
a las que se les descontaban las retenciones por encima del 35% a
las primeras 750 y la iniciativa de Verani establece tope para las
retenciones e incluye también al maíz, trigo y girasol,
eliminando el sistema de compensaciones para proponer la coparticipación
de las retenciones con los gobiernos provinciales, creando un Fondo
Especial de Promoción Agropecuaria y Redistribución
Social.
Que a simple vista no parecieran existir abismales diferencias entre
los proyectos del gobierno y el del senador es lo que mueve, por ejemplo
a Saiz, a exhortarlo a que si no cuaja el propio, acompañe
el del gobierno. “Y… todos lo conocemos a Pablo; no es
fácil…; vamos a ver”, le mencionó ayer al
mediodía el gobernador a La Mañana en una charla de
café.
¿Se volcaría entonces por una abstención si no
prospera la iniciativa propia, terminará siendo leal a los
suyos acompañando el dictamen que vino aprobado de la otra
cámara o bien estará del lado de los férreos
opositores a los Kirchner?
Hay que esperar. No parece estar dicha la última palabra. Y
especular con que las frases ya expuestas sean una sentencia puede
conducir a un error. Verani es un tipo duro, curtido, estratega, a
veces porfiado, pero no ingenuo. De allí que algunos crean
que, aunque con ciertas objeciones, no se inclinaría por intereses
que sean tan opuestos a los de la provincia que él gobernó
durante ocho años, desoyendo totalmente al sucesor que él
prohijó.
Los otros dos senadores, Miguel Pichetto y María José
Bongiorno, pertenecen al Frente para la Victoria por lo que se convierten
en “votos cantados”, especialmente aquel, un enfervorizado
abanderado de la causa oficialista.
Y ahora, reaparece UNTER
Más que las periódicas embestidas del intendente
Carlos Soria a cuestiones de la administración provincial,
lo que acaparará la atención post vacaciones invernales
de la administración Saiz es la reinstalación en el
escenario provincial del gremio docente. UNTER acaba de anunciar paros
y movilizaciones para agosto, en principio de 72 horas y en un caso
del desglose de ese lapso, abarcando un “fin de semana largo”.
Un reclamo salarial que vuelve a poner en jaque a la educación
rionegrina.
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