Por Alfredo Celani
La cita habitual de los sábados es el encuentro en una ya
clásica confitería roquense, donde suelen converger
los principales referentes del oficialismo rionegrino. Allí,
café de por medio y por momentos disimulando la prohibición
vigente, hay margen para no perder ese apego de algunos por el placer
del tabaco.
La mesa estaba compartida en esta oportunidad por Miguel Saiz, Pablo
Verani, Oscar Gómez –representante ante organismos financieros
internacionales- y Alejandro Betelú, componiendo una animada
charla en la que la mirada no se despegaba del enorme televisor de
pantalla plana que traía las imágenes de lo que sucedía
en el Congreso.
La ronda de pocillos de café se renovaba a cada rato hasta
que la vista de todos se clavó en la pantalla: iba a votarse
el polémico proyecto de retenciones.
Un gesto de Saiz casi presagia el resultado. La pizarra allá
en Diputados mostraría de inmediato el resultado: 129 a 122.
En esa mesa de El Nuevo Molino no hay sorpresas. Una mueca de Verani
es elocuente para graficar su impresión de que el desenlace
pareció agónico.
Verani, opinó que «se ve que todo ha sido bravísimo»
y acerca de lo que puede deparar el tema en el Senado, creyó
que «me da la impresión que ahí al oficialismo
le va a costar mucho menos esfuerzo reunir los votos». Eso sí,
puntualizó Verani «yo no lo votaré, porque tengo
mi proyecto y es el que voy a respaldar».
Acerca de las consecuencias que podría tener en el terreno
político una votación como la de ayer, para Verani más
que «una situación que pueda repercutir en la gobernabilidad,
lo que se plantea es un problema electoral», refiriéndose
a las legislativas nacionales del año próximo.
Gobernador conforme
Para Saiz, el resultado «estuvo bien» y descreyó
que lo estrecho del guarismo final pueda tener alguna implicancia
en el devenir del gobierno nacional. «No pasará nada.
Esto es democracia y resuelto en el fragor mismo de un estilo democrático».
«Al final, entre los distintos proyectos que se presentaron
no hubo tantas diferencias en lo filosófico, porque en el fondo
se planteaba lo mismo. Además, al dictamen de la mayoría
se le hicieron modificaciones que van a permitir atender aquellas
cuestiones como la defensa al pequeño y mediano productor»,
dijo el gobernador.
Recordó que «fui desde un primer momento defensor de
las retenciones, por lo que recibí críticas de todos
lados. Pero está visto que sin esos recursos no pueden desarrollarse
políticas de Estado que son las que benefician a la gente.
Hoy, en el Congreso, se ha votado eso».
Y acerca precisamente de los 122 votos que se opusieron al proyecto,
Saiz creyó que «en realidad, aquellos que con distintas
modalidades planteaban lo mismo que el proyecto del Gobierno que,
insisto, tuvo retoques que lo hicieron muy parecido a los de quienes
se oponían, terminaron votando en contra sólo para quedar
bien con el pago chico; como para que no los reprochen tanto cuando
tengan que dar la cara en su ciudad».
Al término del largo debate en el Congreso, Saiz se comunicó
telefónicamente con el diputado nacional «Cacho»
Cuevas para corroborar cuál había sido el voto del hombre
de Cervantes, interiorizándose a través de él
hacia dónde se habían inclinado los otros representantes
rionegrinos en la Cámara Baja. Luego, antes de partir para
los respectivos almuerzos, Saiz y Verani mantuvieron durante varios
minutos una charla absolutamente a solas en un patio anexo de la confitería.
|