Por Heraldo Ivanoff
El fuerte aumento tarifario solicitado por las prestatarias que en
esta ciudad brindan los servicios de agua potable y electricidad sigue
siendo motivo de hondo tratamiento en el Deliberante, donde muchos
vecinos ya se han presentado para exigir que los concejales no den
lugar a esos incrementos.
Sin embargo, se sabe que la mayoría de los ediles estarían
dispuestos a conceder una suba -probablemente escalonada- en el servicio
domiciliario de agua potable, ejercido por el Ente Autárquico
Municipal de Servicios Públicos (Eamsep).
Ocurre que casi todos los concejales reconocen que existe un marcado
retraso en su cuadro de tarifas y no fueron pocos los que responsabilizaron
por ello a sus pares de gestiones anteriores por no haberlas actualizado.
La misma postura ha mostrado el Ejecutivo municipal encabezado por
el intendente Edgardo Sapag, quien fue el primero en abogar, hace
un par de meses, por la aplicación de un aumento que “sincere”
definitivamente el cobro del servicio.
Lo cierto es que en Zapala, una familia tipo abona entre 7 y 12 pesos
mensuales por una prestación que es una de las mejores en su
tipo dentro de la provincia, tanto por la calidad del agua como por
el buen suministro que el Eamsep brinda en todas las épocas
del año.
Es por ello que los funcionarios municipales -y muchos vecinos- sostienen
que el servicio de agua potable de esta ciudad se encuentra entre
los más baratos y eficaces de la región.
Así y todo, trascendió que los concejales no autorizarían
de una sola vez el incremento solicitado por las autoridades del Eamsep,
que oscila entre el 80 y el 100 por ciento, según la banda
de prestación.
La prestataria hizo sus cálculos en base a los altos costos
que debe afrontar para adquirir sus insumos y también para
empezar a desligarse de los empréstitos mensuales que le otorga
la Intendencia. Esto es para solventar el pago de sueldos.
La ayuda financiera del municipio, concedida desde el año 1998,
superaría anualmente el millón de pesos en la actualidad:
una elevada acreencia que el Ejecutivo pretende cobrar en el menor
tiempo posible.
Por otra parte, está por verse si prosperan las gestiones para
lograr una reparación “histórica” del gobierno
provincial, a fin de nivelar la situación de Zapala respecto
de la mayoría de los municipios neuquinos, donde el EPAS brinda
el servicio de agua, no con pocas dificultades.
Electricidad
Distinta es la postura de muchos concejales ante el pedido de aumento
solicitado por la Cooperativa de Energía Eléctrica de
Zapala (CEEZ).
La cooperativa pretende que sus tarifas sean incrementadas en un 37
por ciento para la banda residencial, pero los ediles no estarían
dispuestos a otorgar ese pedido por una serie de razones: algunas
reveladas, otras no tanto.
Una de ellas -según dijeron- tiene que ver con los aumentos
concedidos a la CEEZ año tras año y ello sin que exista
un contrato de concesión, destinado a formalizar la relación
entre la comuna y la prestataria.
La última suba (del 4,75%) fue otorgada a principios de este
año para extender las redes eléctricas de la cooperativa.
Otro de los motivos que frenaría a los ediles sería
la dispersión de actividades que envuelven a la CEEZ en la
actualidad.
Eso ocurre con la puesta en marcha de una farmacia social, un canal
de televisión y el anuncio de otros proyectos como los generadores
eólicos u obras de asfalto y viviendas.
A decir de muchos, esas actividades (y sus consecuentes gastos) terminan
distrayendo el objetivo principal de la antigua cooperativa, que es
el de brindar eficazmente el servicio de luz para todos los zapalinos.
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