Por Cecilia Soberón
La temperatura mínima registra niveles bajo cero, el gris
del invierno todavía viste a toda la escasa vegetación
de Cutral Co. Hace frío así que el agua sobra; tanto
sobra que puede verse pequeños arroyos correr por las calles,
a veces por alguna rotura o porque un vecino se olvidó de cerrar
la canilla.
Con este panorama parece alarmista comenzar a hablar sobre la falta
de agua en el verano, para el que faltan muchos meses. Pero contrariamente
a la indiferencia que provoca el tema por estos días, es imprescindible
pensar que si no hay inversión en el sistema de suministro,
en poco tiempo tendremos una nueva crisis hídrica en ciernes.
En marzo se produjo una explosión que dejó a la planta
de potabilización en Buena Esperanza sin suministro de energía.
No se explicó claramente las causas de ese incidente pero en
todo caso no resulta ahora imprescindible contar con esa información.
Lo cierto es que el problema dejó fuera de servicio a tres
bombas que son utilizadas para impulsar el agua por el acueducto,
por ello el sistema funciona ahora al 40% de su capacidad.
Al menos dos cuestiones surgen de estos datos: en principio que desde
marzo el Epas no resolvió, ni siquiera inició obras
tendientes a solucionar el problema eléctrico de la planta.
Esto es grave porque cuando se produjo el incidente se gastó
una importante cantidad de dinero en soluciones alternativas para
no tener a la población sin agua. Si se espera a que llegue
el verano el gobierno provincial termina gastando más dinero
en parches que la inversión a realizar ahora.
La segunda apreciación surge del sentido común, si con
el sistema al 40% el agua alcanza porque el consumo es mesurado por
el frío, ¿no es hora que los habitantes de esta ciudad
se planteen seriamente la necesidad de controlar el consumo en verano?
Porque durante estos días cada familia continúa con
sus tareas de aseo en cada vivienda, con la higiene personal, con
el lavado de la ropa, con el consumo para alimentación. Es
decir, en verano el consumo se dispara en riego y llenado de piletas
caseras. A esta altura es una vergüenza que no haya siquiera
un inicio de toma de conciencia sobre la extrema necesidad de cuidar
el agua durante el verano.
Entonces la tarea de prevención será doble, por un lado
las autoridades tendrán que prestar atención para ver
qué se hace y que no en el sistema de provisión de agua
y por el otro cada vecino debería ir comprando algunos insumos
que serán necesarios este verano: un tanque de agua extra y
un filtro para instarlo en la pileta.
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