Por Ramiro Morales
Si bien hasta el momento la adhesión del gobernador Jorge
Sapag al kirchnerismo en medio del conflicto del campo no le generó
ningún costo político en la provincia, esta semana el
mandatario tuvo que entrar en escena para opinar sobre el proyecto
oficial que envió el Gobierno al Congreso para que se debatan
las retenciones móviles.
La situación les genera un compromiso importante a los gobernadores,
ya que son los representantes de cada provincia quienes definirán
la suerte de este proyecto, que por el momento bajó la tensión
de un conflicto que ya lleva más de 100 días.
Sapag destacó la decisión y reiteró que dará
libertad de acción a los legisladores nacionales del Movimiento
Popular Neuquino que tendrán que votar a favor o en contra
de la iniciativa de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Allí es donde aparece la disonancia entre los representantes
del partido que gobierna la provincia desde hace 44 años, ya
que por ejemplo José Brillo y Hugo Acuña, del riñón
sobischista, son opositores a ultranza a las retenciones móviles;
mientras que Horacio Lores se manifestó satisfecho por el tratamiento
del tema en el Congreso, y es de presumir que por su cercanía
política al gobernador estará más cerca de avalar
que de rechazar el proyecto oficial.
Un voto en ese sentido se basaría en la necesidad que tiene
la provincia de conseguir fondos del gobierno nacional, tal cual ha
sido la línea que ha tenido Sapag en estos meses de gobierno
y que, por el momento, le ha dado sus frutos con el ingreso de recursos.
También ha tenido sus logros, por ejemplo, con la esperada
licitación de Chihuido I, obra que demandará una inversión
de mil millones de dólares. La renegociación de los
contratos petroleros es la otra herramienta primordial que tiene el
Ejecutivo para incrementar sus finanzas.
Alicia Comelli ha tenido en los últimos tiempos una postura
crítica hacia el kirchnerismo, pero ahora con esta nueva relación
Provincia-Nación se tendrá que manejar con mucha cintura
al momento de votar.
Los modelos
Una de las preguntas que flota en el aire es ¿cuánto
es voluntad propia y cuánto es verticalismo?, ¿cuán
disciplinado será el voto de los legisladores neuquinos del
MPN?
Aquí existe una clara distancia entre un modelo nuevo y uno
casi agotado. Esas diferencias que aún persisten en la escena
partidaria, donde todavía la conducción pertenece al
sobischismo, se traducirán en el Congreso.
En el ámbito provincial, ese modelo desgastado tuvo otro duro
revés el viernes cuando la Justicia citó a declarar
-como testigo- al ex gobernador Jorge Sobisch en el juicio al cabo
Darío Poblete por el homicidio del docente Carlos Fuentealba,
quien falleció en abril del año pasado tras la represión
policial en Arroyito.
¿Se presentará Sobisch en la vieja Legislatura? En caso
de hacerlo, ¿cómo será el clima de un juicio
que hasta el momento se está desarrollando con normalidad y
en el que la gran mayoría de los testimonios ha dado cuenta
de la brutal acción de la Policía para impedir la manifestación
docente?
Lo que sí está claro es que este proceso ya generó
un contexto favorable para que la instrucción por la causa
Fuentealba II (la que determinará las responsabilidades políticas
de la muerte del profesor) sea más transparente y tenga más
elementos para el análisis.
Otro factor destacable es que esta semana el Tribunal Superior de
Justicia quedó con sólo dos de sus cinco integrantes
a partir de la suspensión de Eduardo Badano, quien desde mañana
será juzgado, que se suma a las renuncias de Roberto Fernández
y Jorge Sommariva.
Estos tres magistrados fueron cuestionados en reiteradas ocasiones
por su proximidad al ex mandatario provincial y se los acusaba de
ser funcionales.
El hecho de que los jueces propuestos a ocupar esas vocalías
vacantes tengan que obtener dos tercios de la aprobación de
los diputados (tal cual se estableció en la reforma de la Constitución
Provincial de 2006) le dará otro tipo de respaldo a los nuevos
jueces del TSJ. También ese respaldo será mayor debido
a que ahora existe la posibilidad de que los postulantes puedan ser
impugnados en la etapa previa al envío de su currículo
a la Legislatura.
Los nuevos aires en la Justicia provincial serán fundamentales
para los próximos años, si es que este poder pretende
volver a ganar un poco de credibilidad en la sociedad.
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