Por RAMIRO MORALES
Tras lograr acuerdos salariales con los representantes de los gremios
estatales a través de mesas de diálogo, el Gobierno
provincial afrontará las próximas semanas el embate
de los intendentes neuquinos -de los distintos signos políticos-,
quienes buscarán fondos para poder satisfacer las demandas
de sus empleados municipales.
Con posturas disímiles, los jefes comunales llevaron sus reclamos
al Ejecutivo. Un poco más visceral, quizás por su cercanía
partidaria, fue la postura que tomaron los mandatarios del Movimiento
Popular Neuquino, que viajaron hasta la capital para reunirse con
la ministra de Economía, Esther Ruiz, quien se comprometió
a revisar la situación a partir de julio, una vez que finalicen
las negociaciones con los gremios provinciales.
En la vereda de enfrente (pero cada vez cercana con la adhesión
del gobernador Jorge Sapag a la Concertación Plural), los intendentes
del kirchnerismo neuquino también se juntaron para definir
las estrategias que utilizarán para solicitarle al Gobierno
más recursos provenientes de la coparticipación.
Sin duda que estas negociaciones Sapag podrá encararlas con
más aire, dado que la situación financiera ha tenido
algún respiro a partir de la refinanciación de su deuda
y que los municipios parecen estar con mayor predisposición
al diálogo que la que tenían algunos de los sindicatos
estatales.
Para la anécdota quedarán los rumores de renuncia de
un par de ministros que, tal cual aseguran desde la mesa chica del
Ejecutivo, están más relacionados con la interna que
quiere generar un sector del MPN vinculado al ex gobernador Jorge
Sobisch que con una situación de descontento en el Gabinete.
Fiel a su estilo, Sapag le contestó en su momento a este grupo
de sobischistas –cuando se sintió atacado-, pero ahora
insistió en que la discusión sobre el Pacto del Bicentenario
ya estaba terminada y que no polemizaría más. Habrá
que esperar cuáles serán los próximos pasos que
darán las huestes del ex candidato a presidente de la Nación
y cuál será el grado de acompañamiento que tendrán
dentro del MPN. Seguramente no generarán el impacto que pretenden
lograr.
Justicia conflictiva
Crispados estuvieron los ánimos en la Justicia neuquina donde
no se avizora, de momento, una salida al conflicto gremial que planteó
el sindicato que agrupa a los trabajadores del sector, SEJUN.
El sindicato demanda una recomposición salarial del 28,5 por
ciento, pero sólo para la planta de personal: quieren que el
aumento no llegue a los magistrados y funcionarios, algunos de los
cuales perciben sueldos de hasta 12 mil pesos. Por el contrario, sin
embargo, la propuesta de la patronal fue inferior y con una recomposición
escalonada.
El punto de ebullición del conflicto ocurrió el miércoles
cuando los trabajadores tomaron la sede del TSJ y no permitieron a
los vocales del cuerpo retirarse del lugar hasta tanto no se concrete
una oferta al planteo salarial.
Sólo la llegada del ministro de Gobierno, Jorge Tobares, permitió
aflojar las tensiones. El funcionario aclaró que no acudió
al edificio judicial en carácter de mediador sino para ofrecer
buenos oficios y ayudar a superar el diferendo. Esa participación,
ordenada por el gobernador Jorge Sapag, fue bien acogida tanto por
los jueces como por el gremio.
Resultó llamativa, en ese contexto, la reacción de SEJUN,
cuyos dirigentes aplaudieron la participación activa de Tobares
en una cuestión de exclusiva incumbencia judicial, cuando hasta
hace poco condenaban la intromisión política en el Tribunal
y hasta promovieron el enjuiciamiento del vocal Eduardo Badano por
sus vínculos con la anterior gestión de gobierno.
Además, es llamativo también que los gremialistas, conocedores
de la ley, pidan que no haya un aumento salarial para los funcionarios
y magistrados cuando una norma así lo estipula. En todo caso,
tendrían que presentar algún proyecto para que las reglas
de juego sean otras.
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