Por Ramiro Morales
La semana política en la provincia estuvo signada por dos
hechos que asoman como decisivos para el Ejecutivo de cara a los próximos
meses: selló un acuerdo salarial con la Asociación de
los Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN) y
el Gobierno central le refinanció 150 millones de pesos de
la deuda neuquina a través del Plan Nacional de Asistencia
Financiera.
En el caso de la negociación con el gremio docente, el carácter
sacerdotal del gobernador Jorge Sapag para encarar los procesos de
diálogo parece haber llegado a buen puerto otra vez. Se rubricó
un incremento en los sueldos y se dejó la puerta abierta a
seguir con el debate salarial en función de la realidad inflacionaria,
situación que permitió descomprimir por el momento cualquier
foco de conflicto en la relación Gobierno-sindicato.
Ahora, esta lógica de ceder del sapaguismo también les
puede generar un dolor de cabeza a los representantes del Ejecutivo
en las mesas de diálogo ya que los dirigentes de los otros
gremios de trabajadores estatales, alentados por esta postura, tratarán
de ir ganando casilleros en su lucha salarial y recriminarán
cuando no se les satisfaga sus pretensiones. En este caso, vuelve
a flotar la misma pregunta: ¿El Ejecutivo cambiará de
posición y se pondrá más duro?
De esta lógica también los intendentes opositores y
oficialistas quieren sacar sus réditos. En encuentros separados,
Sapag los recibió para escuchar sus peticiones que principalmente
refieren a la coparticipación de recursos. Según los
comentarios posteriores de los jefes comunales, de las reuniones salieron
más conformes algunos dirigentes de la oposición que
mandatarios del Movimiento Popular Neuquino, que en algunos casos
están molestos con un ministro y no con el gobernador.
Recursos
La refinanciación de la deuda provincial, que si bien no era
el objetivo de máxima ya que se pretendía el doble de
dinero, le permitirá a Sapag poder negociar desde otra perspectiva.
No sólo en la relación estrecha con Cristina Fernández
están depositadas las esperanzas neuquinas de mejorar los ingresos,
sino también en las negociaciones que está llevando
adelante el gobernador con las empresas petroleras para renegociar
sus contratos.
En este contexto, el vínculo con Nación parece estar
mucho más afianzado y es probable que Neuquén obtenga
dividendos interesantes a futuro; en cambio, la discusión con
las petroleras es más compleja, pero existen grandes posibilidades
de que la Provincia pueda lograr mejores réditos económicos
de esta explotación. Habrá que esperar cómo se
desarrolla y cuál es el resultado de esta negociación.
¿Tendrá alguna influencia en la discusión la
estatización de los hidrocarburos que realizó el Gobierno
boliviano de Evo Morales? ¿Le servirá a la Provincia
para obtener mayores ingresos?
El kirchnerismo neuquino
El acuerdo al que llegó Sapag con la Presidenta de la Nación
por la refinanciación de la deuda neuquina es una muestra más
del buen momento por el que atraviesa la Provincia con el Gobierno
central, en las antípodas de lo que fue el mandato de Jorge
Sobisch.
Ahora, en los corrillos políticos hay una pregunta que suena
cada vez con más insistencia: ¿Tendrá Sapag que
mostrarse a nivel nacional como un gobernador afín ante este
panorama de conveniencia económica? ¿Cuál será
el rol de los representantes de la Concertación Neuquina si
se tiene en cuenta la fluidez en el diálogo de Sapag con el
kirchnerismo? ¿Cómo se irá amoldando esa oposición
provincial en caso de que es vínculo se profundice? ¿Qué
ocurrirá puertas adentro del Movimiento Popular Neuquino con
un proyecto provincial que estaría dentro de otro nacional?
Un dato que no es menor es que en medio del conflicto de campo, los
Kirchner vieron debilitado en parte su capital político, y
aparece como prioritario para ellos conseguir un apoyo más
directo de varios gobernadores, entre los que podría encuadrase
al gobernador neuquino.
El correr de los meses irá delineando una respuesta a una situación
que, por el momento, debe tener preocupado a varios peronistas y radicales
K neuquinos.
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