Por Ángel castillo
Mañana comienzan las clases y vuelve la amenaza de los paros
docentes.
Es decir, nuevamente comienzan los problemas y mientras padres y alumnos
deberían estar con la emoción del primer día
de clases de un nuevo año escolar, deben estar pendientes de
un cronograma de huelgas, marchas y contramarchas dados por Aten.
Lo ilógico de esta medida, que más allá del alto,
bajo o nulo acatamiento que se registre, seguramente empañará
la jornada. Pero lo más inexplicable es la falta de madurez
y coherencia de personas que deberían «predicar»
con el ejemplo.
La situación actual parece una copia fiel de situaciones vividas
desde hace años y no sólo en Neuquén sino en
casi todo el país. Los gremios que representan a los docentes
advierten que, de no lograr la recomposición salarial que reclaman,
el comienzo de clases estará en peligro, que las medidas se
endurecerán, que no cesarán en la protesta, etc, etc.
Todo muy complejo pero en todos existe un denominador común,
la falta de diálogo.
Desde el gobierno provincial, el primer gesto fue un aumento de sueldo,
un signo más que positivo para inciar una conversación
que evite los problemas de un paro educativo. Sin embargo, desde el
gremio, por el contrario la respuesta fue la ratificación de
la medida.
Lo doblemente inexplicable es que mientras a nivel nacional, inclusive
en Ciudad de Buenos Aires donde los gastos y el nivel de vida son
muy altos, los docentes desistieron de realizar alguna medida de fuerza
porque el gobierno nacional les otorgó un piso de 840 pesos,
en Neuquén con un mínimo de 940 el gremio es inflexible.
Lamentablemente para una sociedad que busca el consenso y que crece
día a día en base al trabajo, actitudes como esas no
ayudan para fortalecer las instituciones. Mañana puede ser
un gran día para miles neuquinos que comenzarán su camino
de aprendizaje, es de esperar que para que eso ocurra triunfe el diálogo
maduro.
En ese contexto, el propio gobernador de Neuquén Jorge Sobisch
fue muy claro al expresar que «daremos un debate esclarecedor
a la sociedad argentina y neuquina, que es muy madura, y no compra
discursos erróneos», palabras cuyo objetivo hayan sido
esperar una señal positiva de los encargados de la enseñanza.
Mañana comienza un nuevo año lectivo y lo mejor para
esta sociedad, como para cada uno de los miles de alumnos que asistirán
a sus escuelas sería que la normalidad sea el hecho común
y que no sean utilizados como rehenes de un conflicto para ellos inexplicable.
|