Por Marcia Cide
Sin paro. La decisión tomada esta semana por UNTER marca un
punto de inflexión en la forma de llevar adelante sus históricos
reclamos salariales en Río Negro.
Una medida que maduraron las seccionales y que llevaron al Congreso
de Roca, desde donde sí surgió una postura política
fuerte y que se definió luego como “un discurso opositor
más agresivo”.
El gremio trasladará el reclamo en forma concreta a otro plano,
sacará el conflicto de las aulas y escuelas para trasladarlo
a la escena donde se toman (o deberían tomar) las decisiones:
lo político.
“Este nuevo gesto hacia la comunidad educativa del conjunto
de trabajadores/as de la Educación no debe pasar desapercibido,
porque refleja la voluntad de la organización gremial de no
apostar al conflicto, pese a la actitud irresponsable y autoritaria
del Ejecutivo Provincial”.
Así se expresó el Congreso Extraordinario tras su larga
sesión en Roca. Los mismos dirigentes admitieron que nuevas
medidas de fuerza tenderían a crear tensión entre los
educadores y los padres, el resto de la comunidad educativa. Y no
están dispuestos a perder el apoyo logrado hasta ahora. Una
decisión sensata que a la vez da tiempo al Gobierno para estudiar
una nueva vía de diálogo.
En la UNCo
La convocatoria a elecciones en los distintos claustros de la Universidad
Nacional del Comahue, el martes y miércoles próximos,
abre un nuevo horizonte en la reorganización de la casa de
altos estudios de la región.
Pasaron casi dos años de crisis en los que fue imposible reconstituir
los órganos participativos de gobierno y con ello toda la estructura
interna propia de una organización educativa: llamado a concursos
regulares de cargos docentes y no docentes, designación de
presupuesto, de jurados de los concursos, otorgamiento de ascensos,
entre otros variados ítems.
El efecto de la tan mentada crisis no se hizo esperar y ya es medible
en términos concretos. En la propia casa de estudios hablan
de una merma en la matrícula del 44% en 2006 y 2007. Mientras,
a la sombra de esta crisis se desarrollaron diversos emprendimientos
de educación universitaria privada y hasta se reflotó
el proyecto de una universidad nacional para Río Negro.
Después de las tomas, marchas, asambleas, en las que se reclamó
la reforma del estatuto universitario reasignando nuevos cupos de
participación estudiantil y docente, esta semana se abre una
nueva posibilidad de reorganización interna.
Escepticismo, cautela. El clima previo no es el mejor en los pasillos
de las facultades y centros regionales. Algunos hasta hablan de “un
abatimiento interno difícil de revertir”.
El humo no asoma en la región, a diferencia de aquellos puntos
del país adonde apuntan con densidad las cámaras de
las principales cadenas de noticias. Sin embargo, aquí hay
algo que no nos permite ver con claridad por qué los sectores
más racionales y que tienen la responsabilidad de formar (nos)
no pueden alcanzar estados de acuerdo en relación a un derecho
constitucional y fundamental: la Educación.
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