Por Andrea de Pascalis
A más de 100 días de iniciada su gestión, el
intendente de la ciudad, Martín Farizano, afronta el primer
reclamo gremial de su mandato. Un debut un poco molesto ya que implicó
la ocupación, por parte de los trabajadores, de la Sala de
Situación del Palacio Municipal.
Como herencia de gobiernos anteriores, la comuna neuquina debe dar
respuesta al pedido de 209 trabajadores que prestan servicio a través
de planes de la UOCRA y Jefas y Jefes: 168 piden el contrato por un
año y 41 quieren el pase a planta que se les había prometido.
El reclamo, que ya lleva diez días sin resolución, marcó
una diferencia de poderes en el Municipio debido a que los trabajadores
piden que se cumpla con lo pautado al secretario de Gobierno, Mariano
Mansilla, quien fue el que firmó con el secretario general
de Sitramune, Santiago Baudino, el compromiso para que se contrate
a 127 empleados de la UOCRA, a través de un concurso que debía
realizarse entre el 17 y 19 de marzo.
Aunque los trabajadores apostados en el segundo piso del Palacio Municipal
quieren que se cumpla con lo pactado, el mismo día en que los
obreros debían iniciar el concurso decidieron ocupar el edificio,
sumando también el reclamo del pase a planta de 41 Jefes y
Jefas y el contrato de otros 41 obreros de UOCRA.
La exigencia de una respuesta concreta apunta a los secretarios comunales.
Sin embargo, se sabe que las decisiones en el municipio son del jefe
comunal y no de los que están por debajo de él, pero
por los pasillos del Municipio y dentro del gremio se resalta que
la promesa fue hecha por la Secretaría de Gobierno. “Queremos
que se haga cargo de lo que firmó. Firmaron y ahora desaparecieron,
a ellos no les creemos más. De ahora en más, todos los
acuerdos, tienen que estar firmados por el intendente”, dijo
Baudino.
En la comuna saben que es necesario dar respuesta a los trabajadores
cuanto antes. “Esperemos que esto se solucione y que no se demore
más este conflicto”, reiteró en varias oportunidades
el subsecretario de Gobierno, Raúl Dobrusín.
Sin embargo, a pesar de los deseos de los funcionarios, la oferta
elaborada por el Ejecutivo no conformó a los trabajadores y
hasta ayer no había ningún atisbo de solución.
“La propuesta que nos hicieron el miércoles sólo
intentaba incorporar a los trabajadores en forma escalonada, pero
no nos dijeron cuántos, cómo, ni cuándo”,
expresó Baudino. Este argumento es lo que lo que los mantiene
firmes a los trabajadores en el Palacio Municipal, quienes además
prometieron endurecer las medidas si no tienen una respuesta acorde
a sus exigencias.
De todas maneras, los trabajadores tratan de diferenciar su forma
de manifestarse y resaltan que su reclamo no consiste en una toma
de un espacio público, sino que es “una autoconvocatoria
por un incumplimiento de un acta”.
Ahora, ¿Cuál es el rol que están teniendo los
manifestantes? ¿Por qué en un principio eran unos 170
y luego se sumaron cuatro decenas más?
En la mayoría de los conflictos de este tipo, quienes protestan
responden a determinados intereses políticos. Sin embargo,
en este caso ni los propios funcionarios conocen a ciencia cierta
a las personas con las que deberían negociar. Esta situación
se genera porque el grupo de manifestantes es muy heterogéneo.
Además, según los corrillos de la comuna, estarían
movilizados por diferentes sectores.
Lo cierto es que los empleados están instalados desde el lunes
pasado en un salón emblemático de la comuna, ya que
no sólo es el lugar de reuniones con los diferentes actores
sociales de la comunidad, sino que también se comunica con
el despacho de los secretarios de intendente y con el despacho del
secretario de Gobierno, por lo que a pesar de no molestar en la actividad
diaria, sí marcan su presencia en un lugar donde sólo
ingresan los que son invitados por el jefe comunal o sus funcionarios.
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