Por Cecilia Soberón
La interna política dentro de la Concertación Neuquina
parece no estar saldada luego del anuncio del nuevo gabinete que Alberto
Crespo oficializó esta semana.
El intendente respondió sin evasivas cuando se lo consultó
sobre los disensos dentro de la fuerza política que encabeza:
“la Concertación está firme, muy firme”,
afirmó Crespo, pero no despejó del todo las dudas.
En el Concejo Deliberante había certezas respecto de la presidencia
de Mario Esperón luego de la salida de Miguel Tumbarino para
ocupar la Jefatura de Gabinete, pero Crespo no confirmó esa
posibilidad.
Justamente en el bloque de la Concertación en el Concejo Deliberante
se encuentra la mayor oposición al intendente. La presidencia
de Esperón aparecía como la solución a ese dilema,
pero si no se confirma esta semana habrá comenzado un nuevo
frente de conflicto.
Por otra parte, en medio de una gestión signada por la inexperiencia,
Crespo apostó en su gabinete a aquellos que tienen una extensa
carrera como empleados municipales.
La postura puede interpretarse así principalmente con la designación
de Fabián Caso en Servicios Públicos. Durante el acto
de asunción, Caso recibió el apoyo incondicional de
sus compañeros de trabajo, que le alabaron su paciencia y su
constancia. Está claro que Caso es un buen empleado y que conoce
las actividades de la secretaría ya que se inició allí
hace muchos años como barrendero. Habrá que ver cómo
se desempeña como jefe de sus propios pares. El desafío
no será menor ya que justamente Servicios Públicos es
el área que mayores quejas generó en la población.
En tanto Andrea Molina, ahora secretaria de Bienestar Social, tiene
el respeto ganado de gran parte de los vecinos del barrio Centenario
y Otaño por su función como directora de la Unidad de
Acción Familiar. Ha demostrado carácter para manejar
una institución y eso le valdrá de mucho en el área
que le toca dirigir. Sin embargo no se puede obviar que su antecesora,
Adriana Claro, contaba con mayor capacidad técnica en el área
social. Molina deberá salvar esa diferencia con mucho empeño
y además sumar a su forma de trabajar a Claro, que quedará
en la secretaría pero en un rango de menor jerarquía.
Un párrafo aparte merece Tumbarino, que durante la última
crisis demostró ser la mano derecha de Crespo. Fue puesto en
la jefatura de Gabinete porque es hombre de extrema confianza del
intendente. Su tarea será cuidar las espaldas del jefe comunal,
resolver conflictos (sobre todo políticos) y mejorar la imagen
de la gestión, dañada por las idas y vueltas de estos
primeros seis meses.
El resto del gabinete sigue igual, es decir que Crespo cambió
pero no tanto. Los inconvenientes vividos en las últimas semanas
le enseñaron mucho al intendente para su futuro político;
sobre todo a no tomar decisiones apresuradas ni creer que cada situación
se resuelve por blanco o por negro. Justamente los grises son la base
de la política.
|