Por MARÍA ARGEL
Tras una agitada cuaresma, la Semana Santa promete ser apacible en
Río Negro. Una señal de ello es que el principal conflicto
político y social, el paro docente, logró destrabarse
en las últimas horas y los estudiantes secundarios podrán
iniciar las clases mañana, como estaba previsto en el calendario.
No obstante, la solución es transitoria. Los maestros optaron
por levantar la medida de fuerza, a cambio de que el gobierno les
pague el aumento pretendido en el primer semestre del año,
lo que sin duda exigirá un esfuerzo económico importante
y reasignación de recursos de parte del Tesoro provincial.
De esa manera, el gobierno cierra una semana de fuertes tensiones
y respira aliviado, luego de que se había anunciado un paro
docente por 72 horas que dejaba al desnudo una nueva y violenta batalla
con el gremio docente, versión 2008.
Ahora lo que vendrá, dependerá de la capacidad de respuesta
del gobierno que, como antecedente negativo arrastra desde los últimos
años, la imposibilidad de anticiparse a los reclamos y de garantizar
totalmente el derecho a la educación de los rionegrinos.
Choques
La que pasó fue una semana entretenida en cuanto a relaciones
políticas en la provincia de las manzanas, el mar y las montañas.
En primer lugar, el gobernador Miguel Saiz continuó enfrentándose
a uno de los principales referentes de la política rionegrina
y a quienes muchos ven como su posible sucesor, Carlos Soria. Ambos
dirigentes, sin escatimar ironías ni reproches se dedicaron
mutuas declaraciones a través de los medios, lo que ratifica
por un lado, la vulnerabilidad en la que se encuentra el gobierno
por estos días, y por otro, la fortaleza con la que asoma Soria
desde su gestión como jefe comunal de la principal ciudad de
la provincia.
Otra situación tirante que debió afrontar el gobierno
de Viedma por estos días fue el retiro de los intendentes justicialistas
de la reunión programada con el Gobernador. Seguramente impregnados
con el encontronazo Saiz- Soria, los intendentes dejaron la Casa de
Gobierno y no quisieron hablar con los ministros. Reclamaban la presencia
del Gobernador, pero éste, según explicaron sus colaboradores
“iba a llegar al final de la reunión, de la misma manera
que pasó con los intendentes radicales”.
Además de esos dos incidentes políticos, los justicialistas
reclaman en la Legislatura la interpelación del ministro de
Gobierno José Luís Rodríguez para que explique,
entre otras cuestiones, “las serias falencias” en hospitales,
policía, obra social, medio ambiente, escuelas, y otros servicios
públicos en Río Negro, según lo que se desprendió
del reciente y polémico informe de la Defensora del Pueblo,
Ana Piccinini.
Apuesta
Donde todo es esperanza y ánimo para el gobierno provincial
es en Bariloche, ciudad en la que el actual legislador Marcelo Cascón
ya presentó su candidatura a intendente para las elecciones
de mayo próximo.
El ex presidente del Concejo Deliberante está confiado en la
buena imagen que dejó cuando le tocó reemplazar a Alberto
Icare en la gestión municipal y el primer tema de campaña
que enarboló es el de las tierras y la falta de viviendas,
común a cualquier ciudad del país.
Así como Cascón, el radicalismo provincial apuesta fuertemente
a recuperar la conducción de Bariloche. Para ello logró
zanjar diferencias internas y cree firmemente que la fórmula
del éxito es sacar a la ciudad del letargo en la que se encuentra
e inyectarle optimismo desde cada uno de sus sectores. Cascón
madrugó. Por ahora ocupa el centro de la escena, mientras tanto
los otros partidos aún están delineando estrategias.
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