Por Darío Soto
Aunque la última “verónica”de Roberto Lavagna,
dejó a la Unión Cívica Radical en estado de desorientación
absoluta, este es el menor de los problemas que tienen los radicales
rionegrinos en este momento. El gran dolor de cabeza hoy se llama
Bariloche y la imposibilidad de ordenar la tropa para enfrentar las
elecciones de mayo con posibilidades reales de obtener una victoria
en una ciudad que le fue esquiva en las últimas contiendas.
Hay diferencias profundas, que parecieran estar más allá
de lo político, entre los dos hombres con mayores posibilidades
de liderar al partido en esta cruzada, Marcelo Cascón y Hugo
Castañón. Ninguno de los dos está dispuesto a
resignar sus aspiraciones de acceder al sillón que dejó
vacante Alberto Icare luego de ganar las últimas elecciones
comunales imponiéndose, entre otros, a Castañón,
entonces candidato del oficialismo provincial y que busca la revancha
convencido de haber tenido una buena performance frente al líder
de Sur y por consiguiente considerarse con posibilidades de derrotar
a Darío Barriga, el único candidato oficialmente lanzado
aunque no cuenta todavía con el aval del Frente para la Victoria,
del cual su partido es parte.
Sin embargo el que pareciera contar con mayor apoyo de dirigentes
provinciales es Marcelo Cascón, quién según una
encuesta que se maneja internamente es el que mejor posicionado se
encuentra y le ganaría a Barriga si fuera candidato. Pero esa
misma encuesta mostraría a Silvina García Larraburu
con la mas alta imagen positiva, y en condiciones de enfrentar con
posibilidades de triunfo a los otros aspirantes.
Conciente, o no, de sus posibilidades la hoy legisladora pareciera
esperar pacientemente una definición entre los máximos
referentes del Frente para la Victoria, más aún teniendo
en cuenta lo expresado en los últimos días por Miguel
Pichetto sobre la necesidad de mantener el frente como herramienta
política a largo plazo.
Desde las alturas del PJ se observa este panorama con preocupación
y ya habría habido algunas conversaciones con Larraburu tendientes
a convencerla de que todavía no es su tiempo instándola
a esperar hasta el 2011. Pero ya se sabe cuatro años es mucho
tiempo en política y nadie buenamente está dispuesto
a resignar posiciones sobre todo si el escenario se muestra propicio.
Aún cuando la posible candidata tuviere posibilidades individualmente
liderando al PJ, es difícil que se tome por ese camino ya que
ello significaría fracturar el frente, con repercusiones no
deseadas más allá de la ciudad lacustre. Una de las
alternativas que se baraja es acompañar a Barriga como candidato
del frente pero reclamando para el justicialismo lugares en la conformación
del gabinete, por caso la Secretaría de Obras Públicas,
teniendo en cuenta el compromiso del gobierno nacional de asistir
financieramente a la comuna para la realización de obras de
alto impacto y necesidad para la ciudad.
Desde Viedma aguardan también por definiciones en el frente
ya que no se descartaría que en caso de que el PJ vaya con
candidato propio el gobierno provincial, tácita o expresamente,
apoye a Barriga, negociando en el medio el apoyo en la legislatura
de los candidato del partido Sur.
Pero en medio de todo no son pocos los que especulan con un desembarco
presidencial en Bariloche que zanjaría las diferencias nominando
a dedo el candidato OFICIAL, que en cuyo caso sería también
el candidato del gobierno provincial en tanto parte de la Concertación
Plural.
Lejos están los días en que las candidatura se definían
por posicionamientos ideológicos o verticalidad partidaria,
la camiseta del próximo intendente de Bariloche tendrá
tantas manchas como etiquetas se cuelguen a su candidatura.
|