Por DarÍo Soto
Mientras avanza el operativo clamor para nominar por aclamación
a Néstor Kirchner presidente del Partido Justicialista, en
la provincia comienzan los reacomodamientos para enfrentar el tiempo
que viene, que tiene como principal horizonte la renovación
de autoridades partidarias. Nadie pareciera dispuesto a discutir seriamente
el liderazgo de Miguel Pichetto y Carlos Soria, más aún
existe un tácito consenso para que el senador presida el partido
y el roquense continúe conduciendo el congreso partidario.
Pero por debajo de los máximos niveles de conducción
hay turbulencias. Están quienes están abocados a mantener
espacios de poder, pero son justamente los más cuestionados
debido a que se los considera responsables de la frustración
renovada el año próximo pasado al ser derrotados una
vez más por el oficialismo gobernante.
Se esperan y exigen cambios dirigenciales importantes. Desde diversos
sectores se expresa la voluntad de encarar un recambio que posicione
en los principales puestos de conducción a dirigentes jóvenes
y que puedan ostentar pergaminos de exitosos en sus pueblos o regiones.
Con la mirada puesta en ese objetivo, legisladores, intendentes y
concejales se convocaron en Campo Grande para generar un polo de poder
que les permita enfrentar con fuerza el proceso de renovación
de autoridades con el fin de encaramarse en los principales niveles
en la reorganización institucional partidaria.
Más allá de la fecha fijada ya para la realización
de las elecciones internas para la renovación de autoridades
partidarias, prevista inicialmente para abril, ya se especula con
la posibilidad de que sea modificada para que coincida con la fecha
de elecciones para la reorganización institucional a nivel
nacional, como un gesto hacia su indudablemente el próximo
presidente y conductor, Néstor Kirchner.
En tanto, el líder de la mayoría en el Senado, Miguel
Pichetto, parece estar más allá de este debate, mientras
se preocupa más por la arquitectura del nuevo justicialismo
a tono con la pretensión de Kirchner de reconvertir al PJ en
un moderno partido de cuadros, abandonando el viejo modelo de partido
de masas que tuvo un rol protagónico en la política
nacional a partir de la segunda mitad del siglo pasado.
“No más congresos con gente alcoholizada y a los botellazos”,
clama el senador mientras piensa el nuevo perfil del partido que contemple
la inclusión de nuevos cuadros, propios e independientes, con
formación profesional y vocación de poder.
La cuestión Bariloche
Pero el justicialismo en particular y el Frente para la Victoria en
su conjunto tienen una preocupación más terrenal que
pasa por la elección del intendente de San Carlos de Bariloche,
cuestión ésta que comenzará a debatirse en la
semana que se inicia cuando se reúnan los líderes del
frente. El partido SUR acudirá con decisiones tomadas tras
la nominación de Darío Barriga, el actual intendente
subrogante, para ocupar el cargo que dejó vacante Alberto Icare.
El PJ tiene sus propias expectativas depositadas en la figura de Silvina
Larraburu, aunque en principio no cuenta con el apoyo, en este sentido,
del otro socio el Frente Grande.
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