Por ramiro morales
Un gobierno en transición que mira con ansiedad el 10 de diciembre,
campañas políticas en marcha en las que está
en juego el principal bastión político de le la provincia,
la ciudad de Neuquén, y la presidencia de la Nación,
integran un cóctel de fácil digestión para que
las protestas sociales de los empleados públicos se potencien.
Con un criterio que apunta a la pacificación, el gobierno en
manos del gobernador a cargo Federico Brollo encontró salida
en forma individual a cada protesta y logró dominar, como la
mediación de Oscar Gutiérrez, el sector más díscolo
del hospital provincial Castro Rendón. Están en marcha
negociaciones con los empleados del Ente Provincial de Energía
del Neuquén quienes habían tomado la justicia por mano
propia y cortaron la luz a escuelas porque aducían que el Estado
no pagaba el servicio y también con los agentes de Vialidad
Provincial quienes recurrieron al tradicional entorpecimiento del
tránsito en la ruta 22. Los 640 empleados del Ente Provincial
de Agua y Saneamiento festejaban el acuerdo al que arribaron con el
gobierno para recibir un aumento salarial y lograr el pase a planta
de más de 200 personas que hoy están contratadas. La
semana que se inicia tendrá como protagonistas a los administrativos
y porteros del Consejo Provincial de Educación quienes reclaman,
en líneas generales, lo mismo: aumento de salarios y pase a
planta de contratados.
Los conflictos con empleados estatales marcaron a fuego el año
electoral en la provincia. La forma de medición del costo de
vida arrojó índices que ubican el crecimiento de los
precios en un 25% en lo que va del año, con aumentos superiores
a los poco creíbles indicadores del desprestigiado Indec, especialmente
en alquileres y servicios.
La combativa Asociación Trabajadores del Estado logró
revalidar su título en una disputa con el gremio Unión
Personal Civil de la Nación. Judicializó la paritaria
general que había derogado las sectoriales y ya se habla de
un fracaso mientras que Upcn comenzó una fuerte disputa para
oponerse al acuerdo que se firmó en salud de la mano de aquellos
que, en teoría, no fueron alcanzados por los beneficios salariales.
Toma un poco de color
Recién esta semana en la provincia empezó a sentirse
un poco el clima electoral a través de una mayor exposición
mediática de los candidatos. Además, el tema empezó
a adueñarse de las charlas de café.
Sin embargo, lejos está este proceso de provocar un real interés
en los ciudadanos, quienes vienen manifestando una destacada apatía
sobre los comicios en los que se elegirán el próximo
presidente de la Nación, los futuros senadores y diputados
nacionales, y el intendente de la ciudad de Neuquén.
Es más, cuando los vecinos hablan de las elecciones es para
quejarse por la cantidad de veces en el año en las que tienen
que cumplir con este deber cívico. Un tema que tendrá
que ser revisado porque es probable que esta apatía esté
relacionada, entre otras cuestiones como el descreimiento en la clase
política, con el hecho de que hay que visitar el cuarto oscuro
en varias ocasiones en pocos meses.
En la provincia, todos los ojos estarán puestos en la elección
capitalina donde existe una clara polarización entre José
Brillo, del Movimiento Popular Neuquino, y Martín Farizano,
de la Concertación Neuquina. Serán claves estos días
en el resultado del domingo porque hay un porcentaje, no menor, de
neuquinos que aún están indecisos.
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