Por Ramiro Morales
Una señal de madurez política. Eso significó
la reunión que mantuvieron esta semana el gobernador de la
provincia, Jorge Sobisch, y su sucesor, Jorge Sapag, con el objetivo
de avanzar en una transición ordenada de cara al traspaso de
mando el 10 de diciembre.
La realización de encuentros de trabajo entre los actuales
funcionarios y los futuros diputados le permitirá al gobernador
electo, entre otras acciones, tener la información adecuada
para comenzar a aplicar sus programas de gobierno.
También el hecho de que mañana se presentará
una lista de unidad para las candidaturas a senadores y diputados
nacionales por el Movimiento Popular Neuquino (que no necesariamente
significa unanimidad, según informaron desde el campamento
sapagista) es una señal de que es posible lograr acuerdos cuando
hay posturas encontradas.
Una diferencia abismal con la oposición provincial, que históricamente
ha tenido grandes dificultades para alcanzar consensos. Y una prueba
de esto es el proceso electoral para las municipales de Neuquén
capital que se desarrollarán el 28 de octubre. A esta altura
de las negociaciones, ya parece una utopía que la oposición
logre armar una lista de unidad porque ninguno de los candidatos a
intendente se muestra dispuesto a resignar sus aspiraciones personales.
Es más, el radical Martín Farizano ya está metido
de lleno en la campaña y su postulación es prácticamente
un hecho.
También el pedido a internas abiertas que hizo Oscar Massei
está fuera de tiempo por la proximidad con los comicios del
28 de octubre y porque, en su momento, no respondió a la misma
solicitud del candidato del movimiento Unión de los Neuquinos
(UNE), Mariano Mansilla.
¿Concertación?
Estos inconvenientes a nivel local también se reflejan en lo
provincial, en donde aún son más profundos ya que esta
semana comenzaron los chisporrotazos dentro de la Concertación
Neuquina, que era la única fuerza que había alcanzado
algún tipo de alianza.
Si bien para Neuquén capital, el PJ y la UCR acordaron que
acompañarán la postulación de Farizano, ante
los rumores de que el ex candidato a gobernador Horacio “Pechi”
Quiroga podría ser aspirante a una banca en el Senado de la
Nación, aparecieron las críticas de los máximos
referentes del justicialismo neuquino, quienes amenazaron con romper
la Concertación en caso de que el radicalismo no respete el
pacto de que las listas nacionales serían encabezadas por el
peronismo.
A pesar de este acuerdo, será el Gobierno nacional el que definirá
cómo será el orden de las nóminas con los aspirantes
a ocupar una banca en el Congreso.
“Sobre llovido mojado”. Con esa frase se puede sintetizar
la visita a Neuquén del presidente del Comité nacional
de la UCR y candidato a vicepresidente de Rodolfo Lavagna, Gerardo
Morales, quien amenazó con intervenir el radicalismo neuquino,
si la conducción local continúa con la idea de acompañar
la candidatura a presidente de Cristina Fernández de Kirchner.
Por su parte, quien salió al ruedo esta semana a plantear un
tema en el centro de la polémica es el candidato a intendente
por el MPN, José Brillo, quien aseguró que “los
contratados de la política deberán irse”. Lo hizo
en referencia al pase a planta permanente de un grupo de agentes entre
los cuales hay contratados que ingresaron en la gestión de
Quiroga, acordado entre el gremio y el municipio. Una situación
similar, pero en menor grado, se dio en la Legislatura neuquina.
Es probable que el incremento de la planta permanente en el Estado
que provocan las gestiones políticas que terminan sea uno de
los temas que tratarán en las reuniones entre el gobernador
saliente y entrante para aminorar los efectos no deseados de la transición.
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