Por Alfredo Celani
El gobernador provincial Miguel Saiz trató, en cada reportaje
que le efectuaron en la semana, de relativizar al extremo la importancia
que pudo habérsele adjudicado a su irrupción en la Mesa
de Contractualización Frutícola en la solución
de un problema que, tratándose nada menos que de la fruticultura,
estaba en un rumbo ciertamente de extrema preocupación.
La extensión casi desmesurada de una crisis que hasta tuvo
la amenaza de no pocos chacareros de sentirse dispuestos a perder
su producción antes que “entregarla” -como ha pasado
en otras ocasiones- para réditos ajenos y la persistencia de
medidas de fuerza que comenzaban a afectar en demasía a la
sociedad en su conjunto con el famoso tema de los bloqueos de rutas,
galpones y escaramuzas bastante violentas, habían instalado
al tema en una situación muy delicada.
Hace una semana, nadie podía apostar a que hubiera una salida
consensuada. Las posiciones estaban demasiado enfrentadas entre la
Federación de Productores y Cafi.
Como agregado, estaba el reclamo salarial en una intersindical compleja
e irresuelta.
Todos saben lo que pasó. Acta-acuerdo firmada a regañadientes
por algunos en función del interés de la mayoría,
precio base fijo, la fruta de descarte sellada en un pacto entre las
partes y la alternativa -¿casi mágica? de buscar alguna
manera de compensar al productor primario en defensa del sacrificio
por su esfuerzo, una especie de trabajo de “ingeniería”
para encontrar la manera de obtener los recursos y que el destino
sea realmente el pergeñado.
En eso ya están operando los funcionarios nacionales de Economía
y Agricultura que el viernes recibieron a los ministros Verani y Accatino.
Nadie ha dicho cómo armará ese fondo. Pero se descuenta
que de alguna manera saldrá. “Es cuestión de dibujarlo”,
según opinión de un empresario que sabe de negocios
de fruticultura y afines.
“Prevaleció la buena voluntad de todos”, dijo Saiz
desde el martes a la mañana, cada vez que se lo consultó
por el tema. “Que el productor sepa antes de entregar su fruta
que lo que le van a pagar es un hecho inédito que no sucedía
desde hace 30 años”, era el siguiente párrafo
del gobernador rionegrino.
Sobre fines de la semana, los medios tuvieron en la pauta publicitaria
avisos alusivos a este acuerdo de Choele Choel.
“Un gran paso, un gran avance”, expresaba el copete de
la publicidad emitida por el gobierno, en un mensaje abarcativo donde
ponderaba el diálogo y la madurez para arribar al acuerdo.
Lo que cabe preguntarse es si esta movida tan oportuna en un momento
crítico para la cosecha no habrá sido un envión
para el gobierno de Miguel Saiz, luego de un 2005 cuyo mayor costo
lo sufrió electoralmente.
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