Por Darío Soto
Sin ruborizarse, sin pudor alguno, todos reconocen que la candidatura
a gobernador de la provincia de Río Negro la definirá
el presidente de la nación, «con papel y lápiz
en la mano», según Soria; « porque estamos inaugurando
una etapa política distinta, nueva, trascendente, superadora
en la República Argentina que no entiende de mezquindades»,
según Iván Lázzeri, por lo que fuere, pero con
seguridad: no por que sea ese un derecho natural como mandatario nacional
sino por graciosa concesión de los candidatos que supimos conseguir.
Lo cierto es que cada uno que pasa por el despacho presidencial, o
por alguna oficina cercana, se siente con derecho a manifestar que
el dedo presidencial inclinará el fiel de la balanza a su favor,
por ser el que mejor figura en las encuestas (Soria), por ser el más
Kirchnerista (Nemirovsci), por la concertación pluralista (Saiz),
por ser el candidato natural (Pichetto), todos tienen argumentos para
asegurar tener todas las fichas a su favor, (con el perdón
del Senador por usar una metáfora casinera).
Como sea, todos se pintan como para una fiesta, para seducir –a
como dé lugar- el favor presidencial. El intendente de General
Roca, por ejemplo, relanzó con fuerza su candidatura luego
de hablar por casi una hora con el presidente y seguramente haber
deslizado en algún despacho cercano las tan preciadas encuestas
que maneja y que lo muestran como el mejor posicionado –del
justicialismo- en las preferencias del electorado provincial. Pero
además, Soria no se olvida de la concertación kirchnerista
y se ve encabezando una fórmula acompañado por un intendente
radical exitoso, como el Viedmense Ferreira, y medio en broma (casi
en serio), desliza la idea de Saiz senador, para ponerle moño
al paquete.
Mientras tanto, el ministro político del gobernador salió
del despacho del ministro del interior, Aníbal Fernández,
convencido de que el candidato de la concertación en Río
Negro, será el gobernador Miguel Saiz. Por la dudas, y muy
oportunamente, el candidato a vice de la fórmula radical (Bautista
Mendioroz) ya deslizó que resignaría su lugar para que
lo ocupe un justicialista (Nemirovsi?).
El barilochense, Osvaldo Nemirovsci, aunque nadie considera que tenga
posibilidades reales de correr seriamente esta carrera, continúa
sumando adeptos y en Cipolletti dio muestras de que por lo menos será
un dolor de cabeza para la fórmula del Frente para la Victoria,
por que su nuevo espacio sumará votos que en el frente consideraban
como propios. Además, la presencia de los legisladores justicialistas
Mario Colonna y Alcides Pinazo, integrantes del bloque «17
de Noviembre», llevan a especular si detrás de ellos
no habrá un sector tradicional del viejo peronismo, antes contenido
por Costanzo y nunca muy afines al Senador Pichetto.
Por si le hicieran falta preocupaciones, Pichetto abrió un
nuevo frente con su proyecto de partir en dos la Universidad del Comahue,
que generó profundo rechazo al menos en la comunidad académica,
y captó pocas adhesiones, mas bien las obvias, de sectores
que le son afines y que refrendaron su apoyo haciéndose cargo
de la defensa de un proyecto muy controvertido y que al menos merece
un debate más profundo frente a la expresión unitaria
y voluntarista que da derecho a pensar que solo persigue un fin electoralista.
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