Por francisco carnese
La terrible historia familiar que le deparó el destino, producto
de la acción genocida de la última dictadura militar,
no hizo mella en su necesidad de búsqueda de justicia y ni
en su actividad militante. Victoria Donda -nacida en 1977 en la ESMA,
privada de su identidad por su propio tío, un represor que
la entregó a sus apropiadores luego de haber participado del
secuestro y desaparición de sus padres- arribó a Neuquén
invitada por la Secretaría de Derechos Humanos del municipio
local para presentar un documental que retrata su vida.
Ésa que dio un vuelco en 2004, una semana después del
aniversario del golpe de Estado del 24 de marzo, cuando se convirtió
en la nieta número 78 recuperada por las Abuelas de Plaza de
Mayo. Dos años después de ese hecho, fue electa concejal
por la ciudad de Avellaneda y en la actualidad se desempeña
como diputada nacional por el Frente para la Victoria
En una entrevista con La Mañana de Neuquén, Donda narró
su historia como militante (que había comenzado antes de conocer
su verdadera identidad), habló de su relación actual
con quienes la apropiaron y analizó la composición del
kircherismo, donde conviven vertientes políticas que en la
década del 70 eran enemigas acérrimas.
¿Cómo surgió en vos la militancia política,
teniendo en cuenta que fue anterior a que recuperes tu identidad?
Yo creo que la identidad se construye con las decisiones que uno toma
en base a las influencias que se van recibiendo en la vida. Yo iba
a una escuela de monjas y para mí fue muy importante el recuerdo
del cura de ese lugar. Me portaba muy mal y por eso me mandaban a
confesar y el cura era muy piola, me hablaba de historia. Yo tenía
13 ó 14 años y cuando cumplí 15 me regaló
un libro del Che. Después de leerlo me hice guevarista. Dije:
‘Qué buena la vida de este hombre. Yo en ese momento
asistía a un grupo juvenil de la iglesia para realizar actividades
sociales en los orfanatos y los asilos.
¿Y tu familia apropiadora que decía?
Nada, me dejaban. Tuve un buen vínculo y lo sigo manteniendo,
más allá de lo que hace la Justicia (el apropiador está
siendo juzgado, junto a Alfredo Astiz y otros 62 acusados, por crímenes
de lesa humanidad).
¿Buen vínculo?
Sí, es un proceso muy complicado por el que pasamos todos los
que fuimos apropiados. Ellos son los que te crían, independientemente
del delito de la apropiación. En el medio existen vínculos
y como es un proceso muy complejo en general no hablo de esto…
Llama la atención lo que decís. Hay casos como el de
los mellizos Miara, que incluso se quedaron con sus apropiadores.
Pero en ese caso nunca aceptaron a su familia biológica. Vos
en cambio reivindicás la lucha de tus padres.
Hay muchos casos más de los que se piensa, lo que pasa es que
quizá no se conozcan.
¿Vos no los ves a ellos como parte responsable de
lo que le pasó a tu familia?
A ella no, a él sí. Yo te hago una pregunta: Si uno
de tus hijos, biológico o de crianza, es un asesino serial
¿vos lo denunciarías a la Policía? Yo sí
los denunciaría, pero independientemente de eso, te hago otra
pregunta: ¿Lo seguirías queriendo? Cada uno va resolviendo
como puede estas situaciones. Por eso digo que es un proceso muy complejo.
¿Cómo fue el reencuentro con tu abuela?
Muy lindo y emocionante.
¿Qué cambió en tu vida el saber que eras hija
de desaparecidos?
La identidad se construye todos los días pero cuando se recupera
el origen biológico, y en el camino también el recuerdo
de los padres, eso ayuda a que uno se vaya construyendo como una persona
diferente y más completa. Levantarme todos los días
a la mañana y saber que mi mamá me puso Victoria en
la ESMA me otorga otra responsabilidad, me hace militar desde otro
lugar, independientemente que lo hago desde los 16 años, cuando
comencé en Venceremos y después en Libres del Sur.
“El Partido Justicialista representa lo peor de la
política”
¿Cómo analizás el escenario del kirchnerismo,
donde se juntan en una mesa hijos de desaparecidos (como Juan Cabandié)
y militantes de lo que fue la izquierda peronista de los 70, con personajes
diametralmente opuestos desde lo ideológico como Moyano o los
intendentes del PJ?
Yo creo que uno se enfrenta a determinados sectores políticos
en virtud de que representamos diferentes proyectos. A veces se generan
alianzas cuando alguno de esos proyectos políticos cede porque
hay otro que lo dirige. El Frente para la Victoria es un espacio donde
conviven diferentes sectores con intereses distintos. Mi mamá
y mi papá, que eran Montoneros, estaban enfrentados al CNU
(grupo de ultraderecha de los 70), pero eran todos parte del movimiento
peronista. Y probablemente hoy también se sentarían
en la mesa con Moyano, a pesar de haber estado en la vereda de enfrente
en aquel momento. Hoy, en este contexto histórico, la responsabilidad
que tenemos los sectores que reivindicamos a los representantes más
consecuentes de la historia argentina, y que siempre peleamos contra
el modelo económico concentrado, neoliberal, burocrático
y antidemocrático, debemos no excluir al resto pero sí
dirigir. Ésa es la diferencia.
¿Vos creés que el sector del Kirchnerismo vinculado
a los derechos humanos y a la izquierda peronista de los ´70
hoy conduce este proceso?
Lo que es claro es que dentro de este proceso, estos sectores, no
sólo ligados a la izquierda de los 70 sino vinculados a construir
la justicia en nuestro país -porque algunos como yo son parte
de esta historia y de este proceso- logramos que otros sectores retardatarios,
que han levantado otras banderas y que tienen una concepción
distinta de la política, tengan que subirse a un escenario
a reivindicar a los que hasta ayer defenestraban. Eso es un triunfo
nuestro.
¿Pero no te choca?
Y, un poco de cosa da (risas). Yo no sería parte del PJ nunca,
para mí representa lo peor de la política, fueron parte
de los que nos llevaron al infierno de donde estamos tratando de salir.
Pero hay que tenerlos dentro del Frente para la Victoria. Lo que sí
no creo es que Kirchner deba ser el presidente del PJ, sino que tiene
que ser una figura que contenga a muchas otras identidades.
Pero si yo hago un acto a favor de los compañeros que fueron
señalados por la burocracia sindical y desaparecidos en los
´70 y viene Moyano a reivindicar a los mismos que él
apuntó con el dedo, insisto, es un triunfo. Sin bien se lava
la cara con eso también tiene que abandonar lo que defendió
toda la vida.
Yo estoy convencida de un proyecto de país que coincide con
el de Néstor Kirchner y Cristina Fernández y por ese
proyecto venimos peleando desde hace muchísimo tiempo. Los
caminos nos juntaron, porque nosotros en 2003 no lo votamos.
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