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Por laura rotundo
Según el sitio de la Gendarmería Nacional, la Trata
de personas «ha existido durante mucho tiempo en un gran número
de sociedades y culturas, pero no siempre la humanidad se ha reflejado
conciente ante esta existencia.
Durante los siglos XIX y XX se hablaba de la ‘Trata de Blancas’,
definiendo con este término al comercio de mujeres blancas,
las que eran secuestradas o raptadas con el fin de ser vendidas para
dedicarlas a la prostitución, o bien como concubinas.
Es así que debido al crecimiento de este delito y su expansión
en varios países del planeta, el término pasó
a denominarse ‘Tráfico de Personas’.
Según la Ley 25.632, Artículo 3, Inciso A, la Trata
de personas es la captación, transporte, traslado y acogida
o recepción, recurriendo a la amenaza o uso de la fuerza, coacción,
rapto, fraude, engaño, abuso de poder o una situación
de vulnerabilidad. Además, agrega que es la concesión
o recepción de pagos o beneficios, para obtener el consentimiento
de una persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotación.
Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación
de la prostitución ajena u otras formas de explotación
sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas
análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción
de órganos.
Según los profesionales que estudían el tema, las consecuencias
de la Trata en las víctimas pueden dividirse en dos grupos:
daños físicos y psicológicos.
El primero encierra infecciones de transmisión, HIV, alcoholismo
y consumo de estupefacientes. Mientras que en el segundo se ubica
la inseguridad, pérdida de la autoestima y traumas más
permanentes, provocados por el abuso y la violencia física
y mental.
Aspectos legales
El delito de Trata de Personas -considerado como una nueva forma de
esclavitud moderna- es una de las tres actividades más lucrativas
del crimen organizado, con una recaudación anual estimada en
32 mil millones de dólares.
En el 2005, se calculaba que, a nivel mundial, 2,4 millones de víctimas
de Trata estaban trabajando en condiciones de explotación.
En diciembre de 2006, la OIM (Organización Internacional para
las Migraciones) desarrolló una investigación sobre
la Trata de personas, que permite afirmar que este delito global ha
cobrado mayor visibilidad en la República Argentina.
Según la OIM, las víctimas de Trata son migrantes que
pueden provenir tanto del exterior como del interior del país.
Y se trata de personas que tratan de escapar de la pobreza y de la
discriminación para mejorar sus vidas y enviar dinero a sus
familias.
Los tratantes las atraen con tentadoras ofertas de empleos bien remunerados
-en el extranjero o en su país- lejos de su hogar, y en general
les proponen hacerse cargo de los preparativos y gastos del viaje.
Para la mayoría de las víctimas, los verdaderos problemas
comienzan al llegar al destino, cuando se percatan que el empleo que
les ofrecieron no existe y se ven obligadas a trabajar en algo distinto
a lo acordado, siendo sometidas a severas condiciones de explotación.
Entre las conclusiones del informe, se menciona que la trata
de personas con fines de explotación sexual existe en su forma
interna e internacional en los tres países estudiados -Argentina,
Chile y Uruguay-.
Se destaca que la visibilidad de la trata es mediana en Argentina,
escasa en Chile e inexistente en Uruguay. Pero como contrapartida,
el infotrme rescata que la adopción de medidas recientes en
Argentina y Chile permite inferir la existencia de una voluntad política
de actuar en contra de este flagelo social.
Campaña en la Triple Frontera
La OIM comenzó hace dos años a implementar el proyecto
que intenta prevenir la Trata de personas en las ciudades fronterizas
de Ciudad del Este, Foz de Iguazú y Puerto Iguazú.
La Triple Frontera es una zona donde confluyen las fronteras de Paraguay,
Brasil y Argentina, una región con una realidad socio-política-cultural
compleja, donde habitan en forma estable más de 500.000 personas.
Convergen allí el cruzamiento de varios límites naturales
fluviales, así como tres aeropuertos internacionales cercanos
y dos puentes internacionales. Esta zona, además, se destaca
por el movimiento regular e irregular de sus fronteras, donde un importante
número de transporte de camiones de carga las cruza diariamente.
En la brevedad, el problema de tráfico y Trata de Personas
ha capturado la atención a nivel nacional e internacional,
sobre todo a partir de la información sobre la existencia de
redes criminales que operan en el área de la Triple Frontera.
Los actores claves locales han señalado que la porosidad de
las fronteras y la afluencia de turistas internacionales son aspectos
que han agravado el problema, más aún cuando se ha detectado
la existencia de oferta de turismo sexual infantil.
La realización de encuentros trinacionales para difundir la
problemática, la realización de una campaña de
sensibilización -actualmente en plena difusión- y el
apoyo a las redes que articulan organismos gubernamentales y no gubernamentales
que abordan la trata de personas, son algunas de las acciones que
se implementaron en las ciudades fronterizas mencionadas.
El próximo desafío es extender y profundizar la capacitación
de funcionarios, docentes, periodistas y actores de la sociedad en
su conjunto, para así alcanzar un mayor nivel de difusión
del problema en la región. En esta segunda etapa se brindará
asistencia a las víctimas de trata, especialmente a mujeres
y niños. Pero también se fortalecerá el trabajo
ya realizado con una mayor cobertura geográfica.
Panorama aterrador
En agosto de 2007, la ONG británica Save the Children difundió
que cerca de 6 millones de chicos eran obligados a llevar una vida
de esclavos, al sufrir ataques, explotación y violaciones en
forma regular.
Además, el informe reveló que 1,2 millones de niños
y bebés son traficados anualmente en países de Europa
Occidental, América y el Caribe, y que esa cifra está
en aumento.
La Fundación El Otro, coordinada por Mercedes Assoratti, afirma
en su último informe que en Argentina la incidencia de este
delito es alta, pese a que los informes internacionales acusan una
incidencia baja y media.
La razón de este equívoco es que los reportes internacionales
denuncian trata internacional y en nuestro país la mayor cantidad
de víctimas corresponde a la trata interna.
Actualmente, la persecución penal del delito se ve dificultada
por la inexistencia de una legislación federal, y los casos
que llegan a la Justicia son ínfimos en relación con
los asistidos.
Y si bien existen proyectos en danza, la tipificación de este
delito en el Congreso sigue sin resolverse y el gobierno actual se
ha mostrado indiferente a la hora de concretar un plan nacional de
lucha contra la trata.
Fuentes consultadas: OIM – FOINTRA – Save the
Children
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